El chabolismo agrícola

La presencia de asentamientos chabolistas en las zonas agrícolas onubenses parece haberse convertido en un problema crónico de difícil solución, al que sin embargo, habría que ponerle remedio por varias razones. La primera, que se trata de una situación inhumana que condena a quienes en muchos casos, sólo quieren trabajar, a vivir una existencia penosa en hogares provisionales (que cada vez se van haciendo más permanentes), en condiciones de vida deplorable. La segunda, porque distribuye mala imagen de una provincia que tiene en sus productos agrícolas de primor un recurso económico y un motor de desarrollo y empleo; una pésima carta de presentación que además, puede ser usada fuera de nuestras fronteras para el desprestigio de nuestros productos. Llama la atención, que sin embargo, no son sólo ya estas personas que malviven como pueden de campaña a campaña, los afectados por problemas laborales y económicos, pues los casos recientes, por un lado en La Redondela de trabajadores hacinados en una nave agrícola, o de Cartaya con trabajadores al servicio de un empresario que no les paga lo debido, lo que los ha convertido en rehenes de una situación penosa, han destapado otra cara de la campaña fresera. Y gracias a que un comedor social, en el segundo caso, de momento, tiene recursos para al menos alimentarlos. Es positivo, en este contexto que el Defensor del Pueblo investigue de oficio la presencia de menores.