Una de las menores asistentes a la fiesta de Halloween del Madrid Arena y amiga de una de las víctimas mortales ha revelado este jueves durante su declaración que Diviertt vendió a través de un relaciones públicas hasta 180 entradas a la fiesta a menores de su colegio y a otros tantos de otros centros escolares a los que asistían amigos suyos.
Así lo ha manifestado el abogado Abdon Núñez, que defiende a la familia de Belén Langdon, tras concluir la declaración de B.S., amiga de la víctima. También ha declarado como testigo otra de las jóvenes que asistió al evento, amiga de las fallecidas Rocío Oña, Katia Esteban y Cristina Arce. Las jóvenes han confirmado la ausencia total de control en los accesos a la fiesta.
Las jóvenes, que resultaron lesionadas, se han mostrado "muy afectadas" durante su comparecencia. Una de ellas, la mayor de edad, cuenta con una gravísima lesión en una pierna, que se le quedó atrapada en la avalancha, y se encuentra bajo tratamiento médico para controlar la ansiedad.
"Ella iba de la mano de Katia. Delante de ella, iban Rocío y Cristina de la mano. Cayeron las cuatro y solo se ha salvado ella. Bastante cruel", ha destacado la letrada Mª José Siñeriz, que representa a la familia de Cristina Arce.
VENTA DE ENTRADAS EN COLEGIOS
En la primera comparecencia, los abogados han confirmado su sospecha de que la empresa de Miguel Ángel Flores podría haber vendido entradas en colegios a través de sus relaciones públicas, también menores de edad. "Las entradas se venden a menores por menores en los colegios. La asistencia de menores en la fiesta está absolutamente acreditadas", ha aseverado Siñeriz.
Sobre esta asunto, Abdón Ñúnez ha destacado que este hecho era "algo" que sabían, pero que se tenía que confirmar. "Está claro que Diviertt organiza una fiesta vendiendo entradas para menores, con una ausencia total de control de acceso y eso trajo consigo una desgracia", ha señalado el letrado.
A juicio de Núñez, esta revelación explicaría por qué no hubo requisas en los accesos al pabellón y por qué no se controló la gente que entraba en el recinto. "No ha habido control de ningún tipo ni requisa. La gente entraba con lo que quería. Una de ellas llevaba botellas en el bolso y pasó directamente", ha dicho.
"NOS ESTAMOS MURIENDO"
Sobre lo vivido, B.S. ha relatado los momentos de "angustia" sufridos en el vomitorio después de que unas personas de seguridad "con chalecos amarillos" cerrasen las puertas de acceso a la pista central en el momento de la actuación de Steve Aoki.
"No paraba de repetir la palabra angustia. Iba de la mano de Belén, cayeron al suelo y cuando se intentaron levantar se le cayeron encima siete personas. Escuchó gritos de auxilio de 'nos estamos muriendo', 'No podemos respirar' y tenía el brazo torcido. Ella le clava las uñas a un niño que tenía encima para comprobar si respiraba", ha explicado Núñez.
Según el abogado, la menor habría confirmado que nadie de la organización ni de Kontrol 34 la prestó auxilio ya que fue rescatada por uno de los asistentes a la fiesta. Una vez que recuperó el conocimiento, se despertó en un baño en el que había más de 50 chicas en el suelo en su misma situación.
De igual modo, la otra chica, C.R., ha contaron también que nadie de la organización le prestó auxilio, dejándola arrinconada en una pared. La joven quedó atrapada en el túnel junto con sus amigas. Fue la única que sobrevivió.
"A las víctimas, incluso lesionadas, se les dejó colocados en una pared. Esta chica --en alusión a C.R.-- está más de una hora y media en una pared hasta que a las seis de la mañana un Policía Nacional la pregunta que qué le pasaba y llama al Samur. Esto es una absoluta dejación de funciones por parte de la organización y Kontrol 34", ha destacado Siñeriz.
A preguntas sobre si pedirán que Flores vuelva a declarar, la abogada ha señalado que "no van a adelantar nada". "Con cada vez más pruebas y testimonios, alguien se tendrá que plantear qué va a pasar con Flores y la gente de Kontrol 34.
