Ronda ha acogido este fin de semana ‘Sabor a Málaga’, la feria de Diputación para dar a conocer los productos de cada comarca malagueña. Nuestro protagonista es uno de los artífices del evento, que recorrerá toda Málaga, tras pasar por la Axarquía y Ronda: “Estamos hablando de la marca de Diputación para dar a conocer los productos agroalimentarios de las comarcas de Málaga. En Ronda tenemos excelentes aceites, excelentes embutidos, excelentes quesos, excelentes vinos… Y hay que darlos a conocer, a nivel provincial, nacional o internacional pero también a nivel local”.
En Ronda se han puesto en marcha huertos urbanos, para favorecer el autoconsumo de productos locales. Tras la globalización, ¿estamos volviendo a lo más cercano? ¿Es ese el objetivo de ‘Sabor a Málaga’?
—Eso está ocurriendo, y yo soy partidario de ello, más aún en una zona tan degradada como la Serranía de Ronda. Desde mi concejalía de Agricultura vamos a pretender que cada pequeño agricultor o ganadero en su pequeña explotación familiar pueda desarrollar su actividad sin trabas, como en Francia o Alemania. Para que un ganadero o agricultor pueda alquilar si tiene habitaciones de sobra en su casa de campo, y dar a probar el vino de sus viñas o los productos de sus cerdos o cabras, o de su huerto. Tenemos que fijar la población al suelo, que es de lo que se trata. Y ‘Sabor a Málaga’ pone el acento en eso, en la producción de alimentos en Málaga.
Habla usted de personas ancladas al territorio con empleo. Empleos sostenibles…
—Nuestra comarca está despoblándose cada vez más. ¿Qué mejor que nuestros hijos se queden aquí? ¿Qué los hijos de un agricultor o ganadero se queden en su casa?
La miel, los quesos o los vinos han sido protagonistas este fin de semana…
—Ha habido talleres con la miel y sus ceras para niños, y también un taller para aprender a hacer queso de cabra, ahora que el queso también está creciendo de una manera exponencial en la Serranía, tanto en el entorno de Ronda como en los pueblos hermanos de Cádiz. Ha habido vinos también, con una cata, de esos vinos, lógicamente, que son de Ronda, sus tintos, sobre todo, pero también sus excelentes blancos y rosados.
¿Conocen los malagueños los vinos de Ronda?
—Cada vez más, y gracias a que se están poniendo en marcha por parte de las administraciones muchas iniciativas, junto al Consejo regulador y la Asociación de viticultores, a quienes quiero dar la enhorabuena. Productos como los vinos de Ronda son ahora mucho más conocidos y mucho más apreciados. Estamos haciendo campañas de promoción importante, pensando especialmente en la Costa del Sol, el mercado más cercano y fundamental para nuestros vinos, puesto que si la costa asumiera gran parte de nuestra producción, venderíamos la mayor parte del vino de nuestras pequeñas bodegas. Yo creo que podríamos conseguirlo haciendo una perfecta labor de comercialización y una perfecta labor de divulgación de nuestros vinos, y en ello estamos. Vamos a intentar, por ejemplo, montar una exposición itinerante tanto de los vinos como de los otros productos de Ronda y su comarca, con el vino como hilo conductor, para dar a conocer nuestros productos por la Costa del Sol.
Los ahora mal vistos políticos, de todo color, han sido capaces de ponerse de acuerdo en torno al vino de Ronda…
—Es verdad que estamos dedicando muchos esfuerzos al desarrollo del vino, y ahí tenemos el Centro Integral del Vino, que es el esfuerzo de varias administraciones. Ya está terminado a falta de que la Junta lo ponga a nuestra disposición, para que Diputación se encargue de su musealización y su mobiliario. El objetivo no es que sea sólo un centro de interpretación, sino un lugar para la formación. Y por eso este año hemos iniciado en Ronda el curso para universitarios especialistas en enología y viticultura; y este próximo curso vamos a iniciar el de expertos y de especialistas, conjugando ambos más de 60 créditos, con lo cual ya tenemos el máster propio de la Universidad de Málaga en enología y viticultura aquí en Ronda. Hemos tenido a 50 personas, y tendremos otras 50 el próximo curso, en total 100 en ambos cursos, y por eso el centro tiene aulas, además de una zona para catas. Queremos llegar también a un acuerdo con la Consejería de Educación para poder impartir formación de grado medio. No será entonces uno de los edificios fantasma que hay en todas las ciudades…
—Le digo que habrá formación, así como interpretación, poniendo en valor muchas de las piezas del museo arqueológico de Ronda que están en un almacén, como la conocida moneda de Acinipo con el racimo de uvas hasta un horno íbero para hacer vasijas… Formación, interpretación y gestión de la ruta del vino serán las claves para que el centro esté muy vivo.
¿Ha quedado bien la obra?
—Sí, ha quedado muy bien. Se ha conjugado la antigüedad de un viejo depósito de agua de finales del siglo XIX, muy monumental con sus arcos, con las necesidades que ahora tenemos. Vamos a volver a convertir en la actualidad con este centro el agua en vino…
¿Cuándo abrirá?
—Como le decía lleva tres meses terminado, y falta que la Junta lo entregue. Ha sido un esfuerzo del Gobierno de España, de la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento, y de políticos de todo signo, como Isabel Aguilera, que logró este centro para Ronda, o Antonio Aranda, anterior concejal en estas responsabilidades, que inició los trámites.
Y con la pronta creación de la ruta del vino, de este centro, de la señales colocadas para llevar a los visitantes a las bodegas… Entendemos que se sentirán respaldados, pese a todos los problemas, los productores de vino…
—En el sector del vino se están dando pasos importantísimos estos últimos años. Tenemos el apoyo de todas las administraciones, incluso la Secretaría de Estado de Turismo que ha avalado que estemos entre las ciudades del vino, que abarcará a toda la economía rondeña, no sólo a las bodegas, sino a toda la restauración, la hostelería, los guías turísticos, las empresas de autocares e incluso los otros pueblos de la comarca. Cuando empiece a funcionar, veremos su gran futuro.
Que haya mucha suerte.
—Muchas gracias.