El viceprimer ministro egipcio, Hossam Eissa, ha afirmado este viernes que el Gobierno podría reconsiderar la necesidad de que el toque de queda siga en vigor en caso de que las tensiones aminoren en el país, según ha informado el diario egipcio 'Al Ahram'.
Asimismo, ha rechazado las acusaciones que apuntan que el jefe del Ejército y actual ministro de Defensa, Abdelfatá al Sisi, es el actual líder 'de facto' del país. En este sentido, ha recalcado que el jefe de las Fuerzas Armadas no está involucrado en el proceso de toma de decisiones.
Las declaraciones de Eissa han llegado tras una jornada de manifestaciones poco numerosas por parte de la organización islamista Hermanos Musulmanes, especialmente si se compara este nueva jornada de protestas con las masivas movilizaciones de la semana pasada.
Las protestas se han concentrado principalmente en El Cairo, Giza, Alejandría, Ismailia, Rafá --en la frontera con la Franja de Gaza--, Assiut y varias ciudades del delta del Nilo.
La Alianza Nacional para el Respaldo a la Legitimidad, una coalición islamista aglutinada en torno a Hermanos Musulmanes y que reclama la vuelta al poder del expresidente Mohamed Mursi, había convocado 28 marchas en todo el país.
"Mursi es mi presidente", han asegurado entre gritos los integrantes de la marcha en El Cairo, con imágenes del mandatario depuesto y de los fallecidos en los enfrentamientos de la semana pasada con las fuerzas de seguridad. Los manifestantes también han calificado de "traidor" a Al Sisi, a quien atribuyen la responsabilidad del golpe que derrocó a Mursi.
El Ministerio de Sanidad ha informado de más de medio centenar de heridos por una serie de choques registrados en El Cairo y en dos provincias del Delta, aunque no ha dado más detalles de estos casos, según Reuters.
En Tanta, en el delta del Nilo, al menos un simpatizante de Mursi ha fallecido por los enfrentamientos, que también han dejado al menos 25 heridos. La víctima mortal ha sido identificada como Mohamed Abdulá, según 'Al Ahram'.
Egipto vive bajo estado de emergencia desde que los violentos enfrentamientos registrados la semana pasada entre islamistas y fuerzas de seguridad tras el desalojo de dos campamentos de protesta.
A esta situación excepcional, en base a la cual el Ejército tiene ahora más poder para garantizar la seguridad, se suma el toque de queda que rige todos los días entre las siete de la noche y las seis de la mañana en 14 regiones, incluidas las de El Cairo, Giza y Alejandría.
Las autoridades han reconocido que más de mil personas --incluidos más de cien soldados y policías-- han muerto desde el derrocamiento de Mursi, 700 de ellas la semana pasada. Hermanos Musulmanes, sin embargo, consideran que la cifra es mucho mayor y llegaron a denunciar varios miles de fallecidos tras el desalojo de las acampadas.