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Miércoles 27/11/2024
 
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España

El Supremo revisa la condena de 34 años de cárcel impuesta a Mikel Otegi por matar a dos ertzainas

La Audiencia Nacional le absolvió de pertenencia a ETA y le aplicó la atenuante de consumo excesivo de alcohol

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El Tribunal Supremo celebra este miércoles una vista pública en la que revisará la condena a 34 años de cárcel impuesta a Mikel Mirena Otegi por el asesinato en 1995 de los ertzainas Iñaki Mendiluze y José Luis González en la localidad guipuzcoana de Itsasondo.

   La Sala de lo Penal dictará una sentencia, de la que será ponente el magistrado Miguel Colmenero, sobre la resolución que consideró al acusado culpable de dos delitos de asesinato terrorista en concurso con uno de atentado.

   El tribunal, presidido por el juez Fernando Grande-Marlaska, le absolvió no obstante de la comisión de delitos de pertenencia a organización terrorista, amenazas y coacciones y le aplicó la atenuante de consumo excesivo de alcohol. La Fiscalía solicitaba en su contra un total de 70 años, incluyendo estos últimos delitos.

   Otegi ya fue juzgado y absuelto por estos hechos en 1997 por un jurado popular de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa. No obstante, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ordenó repetir el juicio con una decisión que fue avalada por el Tribunal Constitucional en 2004.

   El acusado permaneció huido hasta 2003, momento en que fue detenido en Francia. Allí cumplió condena hasta su entrega a las autoridades españolas en 2009. La Audiencia Nacional se declaró entonces competente en esta causa después de que la Audiencia Provincial de Guipúzcoa decidiera inhibirse en su favor al considerar de los delitos cometidos por Otegi tuvieron un carácter terrorista.

   Otegi protagonizó el 10 de diciembre de 1995, tras pasar la noche de juerga, un altercado en un bar con un miembro de la Ertzaintza que se encontraba fuera de servicio. Después de la pelea, el acusado se dirigió a velocidad excesiva al caserío donde vivía. Su extraña forma de conducir llamó la atención de una patrulla de la Ertzaintza compuesta por los agentes José Luis González Villanueva, de 34 años, y Jesús Mendiluce, de 26, que prestaban servicio de rutina en la zona.

"HE MATADO A DOS ZIPAYOS"

   Cuando Otegi vio a los dos agentes adentrarse en su propiedad salió al exterior del caserío e hizo dos disparos contra ellos con una escopeta semiautomática. Los ertzainas no tuvieron la oportunidad de reaccionar y murieron en el acto. Tras cometer los dos asesinatos, el condenado envió un mensaje a través de la radio del coche patrulla en el que dijo que un casero había matado a "dos zipayos" por la política que seguían.

   Otegi, que había participado ya en anteriores enfrentamientos de las juventudes radicales con la Ertzaintza, fue detenido poco después de realizar los disparos en su propia casa y gracias a la llamada de denuncia realizada por su propio hermano. Sin embargo, y al no considerarse un crimen terrorista, fue procesado en el País Vasco.

    La sentencia de la Audiencia Nacional concretaba que en la fecha en que asesinó a los dos agentes "simpatizaba con la ideología propia de la izquierda abertzale" aunque no ha quedado acreditada su pertenencia a Jarrai o a cualquier otra organización afín a ETA.

   "Fruto de dicha ideología y del aborrecimiento de quienes la integran a las fuerzas del orden, y, en el caso del acusado, a la Policía Vasca con la que había tenido distintos incidentes, había desarrollado la convicción de que la policía le acosaba por su ideología, lo que no era cierto", decía la resolución.

   Los magistrados agregaron que Otegi tiene un carácter "impulsivo propenso a reacciones furibundas y poco meditadas" lo que --precisaban-- no afecta a sus facultades intelectivas y volitivas que conserva plenamente, aunque pudieron verse disminuidas aquel día por la ingesta de alcohol.

   Sobre este último punto el tribunal precisaba que a pesar de que el consumo de esa noche no se produjo en cantidades significativas para producir un grave deterioro de sus facultades cognitivas, "actuó sobre sus frenos inhibitorios lo que, unido a su temperamento explosivo, limitó su habitual capacidad de control de sus actos disminuyéndola levemente".

   Además de la pena de prisión, los magistrados han impuesto a Otegi el pago de una indemnización de 500.000 euros para la mujer y la hija de uno de los agentes y de 300.000 para los padres del otro fallecido.

ABSUELTO POR NO SER "DUEÑO DE SUS ACTOS"

   Otegi fue absuelto en el País Vasco de los delitos de asesinato y atentado por un jurado popular en marzo de 1997. Los miembros del jurado entendieron que en el momento en que mató a los dos ertzainas no era "dueño de sus actos".

   De este modo, el jurado asumió la tesis de la defensa del procesado, mientras que el fiscal solicitó para el mismo 56 años de cárcel y la acusación particular, en nombre de las familias de las víctimas, 59 años. Otegi abandonó la cárcel donostiarra de Martutene donde había permanecido en prisión preventiva durante casi 15 meses. Días más tarde solicitó la concesión del pasaporte, necesario para viajar fuera de la Unión Europea.

   El acusado fue detenido la mañana del 22 de febrero de 2003 en la localidad de Irulegi, en el País Vasco Francés. En el momento de su arresto viajaba acompañado por la presunta etarra Aloña Muñoa Ordizgoiti en un automóvil, al parecer robado, y portaba armas. Tanto Otegi como Aloña Muñoa, figuraban en la lista de terroristas más buscados de la Unión Europea.

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