Nuestro protagonista ha llegado a Ronda desde la Isla Caribeña de Puerto Rico, pero conociendo nuestra ciudad, puesto que en su día la visitó como turista y pudo conocer durante su estancia aquí cómo son los rondeños, y conociendo además España, porque este sacerdote fue estudiante del seminario de Toledo, donde entabló amistad con unos malagueños, a la postre también convertidos en cura, que le harían reconocer este territorio del sur del país.
Tras la marcha del anterior sacerdote de La Dehesa, Miguel Ángel Merced tiene la difícil tarea de integrarse en una comunidad parroquial muy participativa, con la que ha mantenido su primer encuentro esta misma semana y de la que espera su colaboración.
¿Cómo es que llegó a Ronda?
—Estoy aquí tras haber pedido una licencia de traslado para colaborar con el trabajo de la Diócesis de Málaga. Hice una petición al Obispo de Málaga para que me acogiese en esta nueva misión, en esta nueva tarea motivada por esa idea de enriquecer mi experiencia ministerial. Yo fui estudiante del seminario de Toledo, y desde entonces siempre he tenido mis vinculaciones con España, que nunca he roto con quienes fueron mis compañeros. Eso despertó en mí la inquietud por dar un servicio a la Iglesia en España, y en Málaga porque tengo una relación bien cultivada con amigos del seminario.
¿Qué sabía de esta ciudad antes de llegar a ella?
—En Ronda había estado como turista, pero jamás me pensé que iba a estar en esta porción de tierra preciosa para servirla, pero aquí estoy.
¿Qué pensó cuando le ofrecieron este destino?
—Me alegró muchísimo la noticia de que iba a ser Ronda el lugar en que estaría. Yo había estado aquí como turista, con un cura de Coín; pasé una semana con él y su familia y me enseñó todo lo típico de Ronda, así que ya había un caminito trabajado.
¿Cuánto tiempo estará aquí?
—Mi disposición es trabajar los tres años de licencia aquí en Ronda, y espero que pueda ser todo ese tiempo, aunque todo depende del Obispo.
¿Cómo ha sido su encuentro con los vecinos y la parroquia de La Dehesa?
—La primera experiencia de contacto ha sido de mucha acogida y entusiasmo. Entiendo que es una comunidad con mucha vida, con mucha vitalidad. Los miembros de esta comunidad son quienes lograrán llenar de expectativas positivas mi trabajo, que intentará dar continuidad a un cometido que se viene desarrollando desde hace tiempo en esta comunidad parroquial.
Le deseamos que tenga mucha suerte durante este tiempo en Ronda...
—Muchas gracias y muchas bendiciones para todos.