Así lo informaron fuentes policiales desde Waiblingen, en el sur de Alemania, según las cuales resultó falsa la presunción de que tal mensaje había sido enviado desde el ordenador del muchacho a un amigo suyo.
Los investigadores rectificaron con ello las informaciones anteriormente difundidas horas antes, en rueda de prensa, por el responsable de Interior de Baden Württemberg, Heribert Recht, en las que atribuía al joven la autoría de un mensaje en esos términos aparecido en un chat.
En la misma conferencia de prensa se describió a Tim Kretchsmer, el joven asesino, como un muchacho aficionado a los videojuegos violentos, que había sido sometido a repetidos tratamientos por depresión y que se sentía rechazado por sus colegas.
Tim perpetró la matanza con una pistola de su padre, que tenía en casa un total de quince armas, todas ellas legales, y al que su hijo solía acompañar a un club de tiro.
Con esa pistola, el joven mató a nueve escolares y tres maestros del colegio, además de un jardinero, un empleado y un cliente de un concesionario de autos.
En el mensaje atribuido inicialmente al muchacho, el autor afirmaba tener armas y estar dispuesto a ir a su antiguo colegio “para hacer una buena barbacoa”.
El responsable de Interior informó asimismo de que el joven utilizó para su masacre una pistola automática Baretta de 9 mm, que su padre guardaba en su dormitorio, y que salió con más de 200 balas que tomó de uno de los dos armeros cerrados que había en su vivienda.
Se sabe que descargó 60 de esas balas en el colegio de Albertville, donde había terminado sus estudios de enseñanza secundaria dos años atrás, y también que la mayoría de las víctimas en ese lugar fueron mujeres: ocho alumnas y tres maestras, del total de las doce personas que mató en la escuela.
Al comienzo de su huida y cuando corría hacia el centro de Winnenden descargó otros nueve proyectiles en el parque del centro psiquiátrico donde debía haber continuado tratamiento y que alcanzaron mortalmente a un jardinero.
Otros 44 disparos fueron hechos por el joven al término de su fuga de 40 kilómetros, en un coche robado, hasta Wendlingen, donde mató a un vendedor de automóviles y a su cliente.
Las últimas balas las empleó, según la Policía, en abrir fuego contra los agentes y, tras resultar herido en la pierna, para dispararse un tiro en la cabeza.
Otro joven anunció una nueva matanza
Un escolar de 16 años fue detenido ayer por la Policía en Rottweil después de que éste amenazase en una carta con perpetrar una masacre similar a la de Winnenden.
La policía está sin embargo convencida de que el joven no estaba realmente dispuesto a ejecutar la masacre anunciada.
El adolescente había proferido la amenaza en una carta a sus compañeros en una escuela de formación profesional de la región.