El líder norcoreano Kim Jong-un justificó hoy la reciente ejecución de su tío Jang Song-thaek y lo calificó de "escoria" durante su discurso de Año Nuevo retransmitido por la radio y la televisión pública de Corea del Norte.
"El año pasado se tomó la decidida medida de sacar facciones de escoria del partido (...) y esta purga antipartido y antirrevolucionaria lo ha fortalecido", apuntó Kim durante un mensaje de unos 25 minutos.
El sorprendente ajusticiamiento del que fuera considerado el "número dos" del régimen supone el mayor cambio político en Corea del Norte desde la muerte del dictador Kim Jong-il en diciembre de 2011, que abrió las puertas del poder a su hijo Kim Jong-un.
El régimen de Pyongyang confirmó el pasado 13 de diciembre la ejecución de Jang Song-thaek, mentor del actual líder, y lo acusó de traición y corrupción entre otros muchos delitos.
Hasta su caída en desgracia, Jang ostentaba varios cargos en el Partido de los Trabajadores, brazo político del régimen, entre ellos el de vicepresidente de la poderosa Comisión Nacional de Defensa.
La vecina Corea del Sur mostró su preocupación por la posible inestabilidad que podría generar en el régimen la condena a muerte del que era uno de sus mayores baluartes y no descartó "provocaciones" de Pyongyang.
Durante su discurso de Año Nuevo, el joven líder del régimen comunista hizo un llamamiento para mejorar las relaciones con Seúl mientras que defendió el fortalecimiento militar de su país, según la agencia surcoreana Yonhap.
"Haremos esfuerzos decididos para mejorar las relaciones entre el Norte y el Sur", dijo Kim, quien llamó a Seúl a hacer lo mismo.
Durante su intervención el líder coreano hizo múltiples alusiones a los frecuentes ejercicios militares conjuntos que Seúl y Washington llevan a cabo en Corea del Sur y los calificó de "entrenamiento nuclear contra el Norte".
En este sentido, advirtió de que una accidental escaramuza militar en la Península de Corea podría desembocar en una "mortal catástrofe nuclear" y que Estados Unidos "nunca estará a salvo".
Kim insistió, además, durante su inusual discurso televisivo, en su compromiso para promover el desarrollo económico de la empobrecida Corea del Norte.
La última vez que se escuchó la voz del dictador en los medios norcoreanos fue el pasado mes de abril.
El joven líder realizó su primer discurso televisivo de Año Nuevo en 2013, algo que nunca hizo su padre, Kim Jong-il, en 17 años de mandato, que prefería que sus palabras fueran recogidas a modo de editorial por los periódicos del régimen.