Valencia y Espanyol empataron a dos en un encuentro de ida y vuelta hasta mitad del segundo tiempo, marcado por el esfuerzo local y el orden visitante, en el que el dominio del Valencia en los últimos minutos fue tan amplio como inofensivo.
El enfrentamiento entre el técnico argentino Juan Antonio Pizzi y el mexicano Javier Aguirre no tuvo ganador. Los cuatro goles se marcaron en una primera parte nivelada.
En la segunda mitad, el Espanyol sólo mostró posibilidades de ganar en los primeros minutos, ya que el Valencia se hizo con el partido a medida que éste avanzaba, aunque sin ideas los suficientemente claras como para ganar.
El partido comenzó con la intensidad de los goles, el del Espanyol tras un buen zurdazo de Córdoba, que recibió un taconazo de Sergio García, y el del Valencia poco después en una acción de Paco Alcácer sólo ante Casilla.
Reestablecida la igualada tras siete minutos de juego, el partido estuvo marcado por la intensidad y por las aproximaciones a ambas porterías por parte de los dos equipos.
El Valencia llevaba la iniciativa, pero el Espanyol no se mostró como un equipo defensivo. Trató de llegar a la meta del brasileño Diego Alves a partir de la presión de su centro del campo y de la movilidad de Sergio García y el colombiano Jhon Córdoba.
La ligera superioridad del equipo local no iba acompañada de claras opciones de gol, hasta el punto de que el 2-1 llegó pasada la media hora de juego en una acción a balón parada con un buen remate de cabeza de Jonas a la salida de un córner.
No cambió la tónica del partido y las alternativas se mantuvieron hasta el final del primer periodo, con un balón sacado en la línea de gol por el mexicano Andrés Guardado.
Finalmente el equipo catalán logró el empate de penalti tras un derribo del francés Mathieu a Córdoba. El lanzamiento de Sergio García a la escuadra fue la última jugada antes del descanso.
El partido mantuvo la misma línea al principio del segunda tiempo. Los dos equipos querían ganar y buscaban la portería contraria. El Espanyol encontraba más espacios que el Valencia, y dispuso de dos ocasiones de gol en los primeros compases de la reanudación.
El Valencia jugaba más volcado en ataque, pero le falta fuelle y precisión. En cualquier caso, la velocidad que ambos equipos le imprimieron al juego provocó muchos errores.
Mediado el segundo tiempo, Córdoba malogró una buena arrancada para hacer el 2-3 ya que cruzó demasiado el balón, en un momento del encuentro en el que al Valencia empezaba a faltarle frescura. A pesar de que jugaba muy cerca de la meta de Kiko Casilla, sus opciones de gol no eran ni muchas, ni claras.
El partido entró en el cuarto de hora final con el Valencia volcado sobre la portería del Espanyol, que había perdido la capacidad de contragolpe mostrada hasta bien avanzada la segunda mitad y que sólo luchaba por defender el empate que finalmente obtuvo.
