El Betis es equipo de Segunda División de manera virtual desde hacía ya meses por sensaciones, aunque no fuesen acompañadas por las frías matemáticas que otorgan la realidad de los números después de cada encuentro disputado.
A falta de nueve jornadas para que el campeonato toque a su fin, o lo que es lo mismo, de 27 puntos por jugarse; los verdiblancos, con 19 puntos en la tabla clasificatoria, se sitúan a diez puntos de la frontera de la salvación de la categoría, que marcan con 29 puntos Osasuna y Almería.
Una victoria, la de los almerienses el pasado lunes frente a la Real Sociedad, que hizo que el Getafe, con 28, seguido del Valladolid, con 27, compartan la zona crítica.
Con cifrase en la mano, la proyección de puntos de la salvación ahora mismo es de 38. Es decir, que el Betis debería hacer en estas nueve jornadas unos 20 puntos, lo que obligaría al cuadro bético al menos a ganar siete o ganar seis y empatar un par de ellos.
Un calendario que depara a los de Calderón cuatro partidos en el Benito Villamarín y cinco que afrontará a domicilio. Y es que el bloque heliopolitano recibirá como local a Málaga, Sevilla, Real Sociedad y Valladolid; al tiempo que deberá visitar en primer lugar mañana el Ciudad de Valencia para enfrentarse al Levante, luego ir al Camp Nou y verse las caras con el Barcelona, dirimir un duelo directo en Almería y cerrar la Liga en Pamplona frente a Osasuna, con toda la dificultad y la presión que supondría llegar a la última fecha con todo por resolver en El Sadar.
Pero por encima de todo, en el beticismo existe un temor que terminaría por rubricar una temporada, calificada ya por muchos como la peor de la historia. Así, el palo del Euroderbi podría quedar como una mera anécdota, si el Domingo de Ramos, el eterno rival de la ciudad, llega con opciones de apuntillar al Betis y certificar un descenso, cuyas consecuencias, podrían ser catastróficas para la institución de La Palmera.