La Iglesia celebró a nivel mundial en la jornada sabatina, las 24 horas con el Señor, que había propuesto el Papa Francisco. Para ello, se había insistido en la confesión y se propuso un exámen de conciencia de los fieles.
No fueron 24 horas, como prononía el Su Santidad Francisco, sino una jornada de adoración al Santísimo Sacramento en la iglesia Mayor, expuesto desde las 9,00 horas.
Numerosos fieles asistieron, cual si se tratara de un jueves eucarístico de esos que se celebran en los primeros jueves de mes.
Los asistentes pudieron seguir las recomendaciones dadas en un triptico acerca del sacramento de la confesión, que en los últimos años ha sufrido una más que importante bajada en cuanto a los fieles que acuden al confesionario para verse redimidos de sus culpas por dicho sacramento.