El beticismo empieza a ser consciente de la tragedia deportiva que se le viene encima al equipo de sus amores. Este Betis tiene un pie y tres cuartos en Segunda División tras caer derrotado sin honor ante el Rayo Vallecano el pasado domingo.
La indignante actuación de Paulao en los dos primeros tantos encajados por el conjunto verdiblanco fue fiel reflejo de su propia descomposición deportiva e institucional que lleva atravesando el cuadro bético durante toda la temporada y cuya sentencia de muerte se rubricará con total seguridad la próxima jornada salvo milagro.
El certificado de defunción del Betis podría firmarse el sábado en caso de victoria del Getafe sobre el Málaga, partido que arrancará a las seis de la tarde; o bien cuatro horas más tarde, en el encuentro que los de Calderón deberán jugar en el Villamarín frente a la Real Sociedad. Un empate o una derrota, haría que el descenso se consumiera.
Una tercera opción pasaría por el triunfo el lunes siguiente del Valladolid contra el Celta. Los pucelanos marcan el límite de la permanencia en estos momentos, diez puntos por encima del bloque heliopolitano.
Las pintadas este lunes en la Ciudad Deportiva Luis del Sol contra Paulao y Calderón junto al ambiente que se prepara para el día del choque ante los vascos, hacen prever que la tensión y el enfado de la afición bética, son la realidad de un Betis crucificado.
Paulao: "Demostraré que no soy un cobarde"
"Sé que hay mucha gente enfadada, pero la gente que me conoce sabe cómo soy y no soy de quitarme de en medio. Estaba jodido y pedí el cambio para no perjudicar al equipo. Hay personas que se quitan de en medio de otra forma y yo podía haber seguido fallando, fallando y fallando… Tenía la sensación de que era lo que iba a ocurrir. Perdón porque mi pensamiento no era nunca el quitarme de en medio, manifestó en los medios oficiales.