En el juicio que próximamente se celebrará en la Audiencia Nacional por estos hechos, aunque aún no ha sido señalada la fecha, el fiscal pedirá también que Iñaki de Rentería indemnice a la viuda de Velasco, Ana María Vidal Abarca –ex presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT)–, con 300.000 euros, y cada uno de sus cuatro hijos con 50.000 euros.
Según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, en el mes de diciembre del año 1979 el acusado formaba parte del comando informativo Aretza de ETA y ordenó a los etarras Moisés Izar de la Fuente y Pedro Manuel González Alonso que vigilaran al jefe del Cuerpo de Miñones (policía foral de Álava) y tomaran “datos sobre su vida y costumbres”.
Los etarras comprobaron que Velasco tenía un coche modelo Ford fiesta color crema y que todas las mañanas salía temprano de su domicilio para llevar a sus hijas al colegio, desde donde después se dirigía a su lugar de trabajo, y todo esto lo hacía, señala el escrito, uniformado.
“Estos datos fueron pasados por el procesado al comando Araba”, sostiene el fiscal, que añade que sobre las 08.50 horas del 10 de enero de 1980, cuando Velasco conducía su coche, éste se paró en un semáforo frente al número 1 de la calle Ramiro de Maeztu, cerca del colegio de sus hijas, y dos etarras se situaron delante suyo “disparando sus armas repetidamente y causando su muerte”.
El fiscal considera al acusado cooperador necesario de un delito de asesinato.
Ignacio Gracia Aguirre Iñaki de Rentería, que fue entregado el 17 de noviembre de 2008 por las autoridades francesas tras cumplir condena en el país vecino, estaba considerado como el número uno de la banda terrorista ETA desde la caída en 1992 de la entonces cúpula de la banda en Bidart hasta su detención en esa misma localidad hace nueve años, en 2000.