Casi noventa migrantes del país asiático en guerra, desde ancianas con 84 años hasta una bebé de 15 días permanecen acampados desde mayo en una plaza de Ceuta exigiendo poder cruzar ya el Estrecho de Gibraltar y aseguran que prefieren regresar a su país que seguir "atrapados en Ceuta".
Nasira ('victoriosa', 'auxiliadora', en árabe) ha sido la última en llegar al asentamiento que más de 80 inmigrantes sirios mantienen en la Plaza de los Reyes, en pleno corazón de Ceuta, desde el pasado 5 de mayo. La primogénita de Hayat Al-Asaad, la acampada número 87, vino al mundo en la ciudad autónoma a primeros de junio y, junto a las escuálidas tiendas de campaña que forman el asentamiento, su padre ironiza con que será conocida como "la niña de la calle".
El patriarca de la familia, Hassan, padre de 6 hijos de dos esposas distintas, uno de ellos ya en Madrid tras llegar a territorio español por Melilla, era un pujante comerciante de ropa en Homs y Damasco hasta en 2013, tras dos años de guerra en su patria, emprendió la huida hacia Europa. Con él se llevó a toda su familia, desde su madre, ahora bisabuela, que con 84 años es la anciana del campamento, hasta la pequeña Nasira, que cruzó África en el vientre de su madre, Nadine.
"Fue un viaje durísimo pero lo más duro es lo que nos hemos encontrado aquí", dice Nasser, a cuyo alrededor se arremolinan Mohamed Ali, estudiante de 24 años nacido en Alepo; Ahmed Kurdu, activista político de 36, que está en Ceuta por segunda vez tras su viaje de ida y vuelta de mediados de la década pasada; Majed Nasser, de 28, que se dedicaba a la industria textil en su país; y Reduan --el único que pide ser citado con un nombre ficticio--, soldado hasta que fue reclutado por el régimen sirio, de cuyas filas desertó en una epopeya de ida y vuelta hacia Turquía con un pasaporte "manipulado" que muestra como una herida.
Ellos solo son algunas de las 87 personas que llevan 45 días viendo amanecer en la calle exigiendo que las autoridades les faciliten su tránsito a la Península. Desde mayo sólo lo han conseguido dos. Otro ha recibido esta semana, tras nueve meses en Ceuta, la confirmación de que podrá hacerlo antes de final de mes. La Delegación del Gobierno, ante la que han planteado dos peticiones de reunión sin respuesta, asegura que los expedientes siguen su curso y que la presión "no surtirá ningún efecto".
Del grupo forman parte 18 mujeres, 41 menores y alguno más en camino (hay dos embarazadas) que sienten, como los varones, que han "huido de una guerra para terminar en una cárcel". El tiempo medio de estancia en la ciudad de los migrantes antes de salir hacia la repatriación o el continente europeo es, según fuentes oficiales, de 145 días.
La mayoría de los acampados llegaron a Ceuta en enero y febrero pero las ONG (APDHA, CEAR, SOS Racismo y Andalucía Acoge, entre otras) que el pasado miércoles presentaron 3.000 firmas en apoyo de su "causa justa" sospechan que la "violación de los más elementales Derechos Humanos" de los sirios "se intenta justificar por el principio de autoridad" y una suerte de disuasión de un supuesto 'efecto llamada'.
Aunque ni el Área de Menores de la Ciudad Autónoma ni la Fiscalía han cedido a las "presiones" recibidas para dictar un desamparo temporal de los niños que permita a la Administración local asumir su tutela, el Gobierno de Ceuta que preside Juan Vivas (PP) mantiene abierto un expediente administrativo que busca la fórmula "legal" para "hacer cumplir las Ordenanzas Municipales que se están violando" con el asentamiento.
17 HAN RECLAMADO PROTECCIÓN INTERNACIONAL
"Los ceutíes nos parecen, en general, buena gente que tiene miedo a significarse pese a que dice empatizar con nosotros", señala Kurdu, que sólo ha podido hablar "una vez" con su esposa y sus hijos, exiliados en Turquía y que es uno de los pocos (17) acampados que ha solicitado protección internacional en España.
El resto dice no haberlo hecho para evitar la ralentización de los expedientes que conlleva esas peticiones, con las que los requirientes reciben una 'tarjeta roja' que sin embargo no les permite cruzar el Estrecho de Gibraltar pese a las reiteradas sentencias judiciales en contra de esta interpretación de la legislación que hace Interior porque Ceuta no es 'territorio Schenguen'.
Majed Nasser y Reduan explican que llegaron a Marruecos y a la ciudad autónoma vía Turquía o Egipto, casi siempre con escala en Argelia, "en coche, autobús y andando", tras descartar las rutas hacia el norte de Lampedusa y Tánger porque eran "más peligrosas".
ENTRE 5.000 Y 3.000 EUROS PARA LLEGAR A ESPAÑA
Cada sirio asegura haber pagado entre 5.000 y 3.000 euros, según el caso, cruce del Tarajal incluido, para llegar a España. El primero anhela reunirse con su hermano, que gestiona un restaurante de kebabs "junto a la parada de metro de Buenos Aires", y el segundo encontrarse con sus parientes y amigos de Bilbao o Madrid, aunque el soldado desertor lamenta que tras cuatro meses en este país su expediente "no avanza" mientras a exmilitares sirios en su misma condición "se les ha dado asilo en Francia o Bélgica en 10 ó 15 días".
"Ceuta no es Europa y España no lo parece", protestan a su lado Hayat Al-Asaad y Hassan, que subrayan que ni mendigan ni roban pese a que parece que les empujan "a la desesperación" para que lo hagan. Ambos buscaban "una tierra en la que los Derechos Humanos, sobre todo los de los niños, sean lo primero".
"NO NOS VAMOS A MOVER DE LA PLAZA"
El grupo recibe ayuda de distintas ONG y alimentos de asociaciones islámicas (comportamiento reprobado en sus comparecencias por el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez) pero descarta volver al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde verían sus necesidades básicas cubiertas pero en el que se sienten "peor que en una celda".
"En la cárcel vives con un compañero y tienes televisión pero en el CETI compartes cuarto con 20 personas, no puedes ni introducir vegetales para que tu esposa coma lo que le ha dictado el médico y hay duchas compartidas para adultos y menores", ejemplifican.
La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, que la semana pasada visitó Ceuta pero no se acercó al asentamiento, defendió como "idóneas" las instalaciones y servicios de El Jaral, a varios kilómetros del centro, pese a que en sus informes anuales no ha dejado de recomendar la construcción de unidades específicas para la acogida de familias. "Las migraciones han cambiado", alerta un técnico de la Administración local, "y las infraestructuras no se han adaptado para pasar de albergar a hombres jóvenes solos a parejas con hasta 6 hijos".
"No nos vamos a mover de la plaza porque preferimos regresar a Siria antes que permanecer aquí atrapado soñando con ver la televisión", advierte Al-Asaad, que asevera conocer compañeros de acampada que han tenido que vender "hasta los pendientes" para seguir sobreviviendo "en condiciones lamentable, sin recibir ninguna ayuda humanitaria, ni siquiera de la Cruz Roja", según la carta al delegado de una decena de organizaciones no gubernamentales.
194 MIGRANTES DE SIRIA ENTRE 2013 Y 2014
Entre 2013 y 2014 han llegado a Ceuta un total de 194 migrantes de origen sirio. De ellos, casi 140 siguen en la ciudad debido a una demora "excesiva e injustificada" en la tramitación de los expedientes que "está provocando un grave daño en todos los órdenes a las familias afectadas".
Los gobiernos central y local, que se ha ofrecido incluso a pagar una pensión para acoger a las madres lactantes, sostienen que la situación es "preocupante" pero avisan de que "la Administración competente, la central, no alterará el procedimiento establecido por ley para atender la situación de los acampados".