El equipo de conservación del Conjunto Monumental Mezquita-Catedral de Córdoba ha hallado recientemente una placa visigoda de la segunda mitad de siglo VII en la capilla de San Nicolás y Ihesu Verde, según ha informado la Catedral.
El hallazgo se produjo mientras se realizaban labores de mantenimiento en la capilla de San Nicolás y Ihesu Verde, que se encuentra adosada al muro oriental del Conjunto Monumental Mezquita-Catedral. El relieve apareció en el reverso de la losa que cerraba la cripta situada en el subsuelo de la capilla.
Se trata de una placa de mármol blanco de Carrara de estilo visigodo datado en la segunda mitad del siglo VII. Según los expertos, la placa, que mide 87 por 67 centímetros y tiene un grosor de 7,5 centímetros, podría pertenecer probablemente a un cancel de una iglesia visigoda.
Los canceles tenían la función de acotar espacios dentro del edificio en relación con su organización jerárquica, prescripciones litúrgicas y particularidades ceremoniales.
La placa está cortada y presenta un espacio rectangular con tres filas de seis cuadrifolios formados por dobles círculos secantes con rosetas de perlas en el centro. En los lados se observan dos listones con trenzas que contienen a su vez rosetas de perlas en sus cavidades.
En cuanto al origen de esta placa, el archivero del Cabildo Catedral de Córdoba, Manuel Nieto Cumplido, el arqueólogo y los técnicos creen que, aunque es pronto para conocer la procedencia, lo más probable es que la pieza apareciera en las excavaciones realizadas para la construcción del nuevo crucero y se reutilizara para el cierre de la cripta que se halla en el subsuelo de la capilla en tiempos de su refundación, en 1533.
En este caso, según indican los expertos, se podría vincular el relieve con los restos del complejo episcopal de San Vicente que ocupaba el solar de la mezquita fundacional de 'Abd al-Rahman I', es decir, que la pieza formaría parte de un cancel perteneciente al Episcopium visigodo.
En cuanto al material, la losa está tallada en mármol de Carrara, lo que según Nieto Cumplido, hace que este hallazgo sea singular, ya que no proviene de ninguna de las canteras de la Península Ibérica.
Dado que es improbable que en tiempos visigodos se importara este tipo de mármol, los expertos consideran muy posible que se trate de un mármol perteneciente al revestimiento o pavimento de un edificio romano de importancia, y que posteriormente se decorara en época visigoda para su uso en el edificio de culto.