“La noche me confunde”. Una frase que en su día pronunció el cubano más famoso que en los últimos tiempos ha pisado España; Dinio. Sin embargo, cada vez parece menos aplicable a La Isla, donde ser empresario de la noche, y más en la zona centro, se ha convertido en poco más que una odisea.
Y es que basta con darse una vuelta por los aledaños del Mercado Central, las calles José López Rodríguez y Hermanos Laulhé, para darse cuenta como en apenas ocho meses se ha dilapidado de un plumazo una de las zonas por excelencia de la marcha isleño durante prácticamente los últimos quince años.
Así, de manera paulatina han cerrado sus puertas como Firaf, la mítica La Espuma o Casi Treintaitantos (antiguo El Colmao). Todos ellos locales del ocio nocturno isleño por los que en los últimos años han ido desfilando varias generaciones de gente joven y de mediana edad. Ni tan siquiera la peatonalización de la calle José López Rodríguez les ha salvado de la quema.
El último en echar el cerrojazo ha sido Casi Treintaitantos, cuyo propietario, Manuel Marente, explicaba a este medio las causas principales de la debacle sufrida por el otrora punto de encuentro de la movida juvenil isleña. “Fundamentalmente el coste de los alquileres es demasiado alto, a lo que hay que añadir que desde el Ayuntamiento a esa zona no se le ha apoyado en nada a la hora de pedir licencias o llevar a cabo trámites burocráticos. Durante los últimos meses presente varias iniciativas en las que ni tan siquiera pedía dinero, sino ayuda a la hora de conceder las correspondientes licencias, pero éstas al final nunca llegaban”.
A ello, según Marente, se ha unido la ya generalizada costumbre de que las nuevas generaciones de la juventud isleña se marcharse fuera de la ciudad. “En mi caso me he tenido que trasladar a la zona de los caños de Meca, hasta donde llegan cada fin de semana hasta cuatro autobuses cargados de personal”.
Una situación idéntica ocurre en la zona de El Palmar, cerca de Vejer, donde han sido varios los empresarios isleños que han apostado por montar sus negocios en una de las zonas de moda en el panorama nacional durante el periodo estival.
De ahí que los que actualmente resisten por la zona centro de La Isla, sobre todo en calles como Dolores, la calle San Cristóbal, Isaac Peral, García de la Herrán o San Nicolás se las tengan que ingeniar para atraer público, y máxime en verano. Lo dicho, unos auténticos valientes.
Y apenas veinte metros más abajo hay brotes verdes
El ‘cerrojazo’ de los pubs situados en los aledaños del Mercado Central contrasta con el auge que en los últimos tiempos, sobre todo en verano, se está viviendo a escasos veinte metros más abajo, en la calle de Las Cortes. Allí, la decisión en su día del Gobierno municipal de convertirlas en peatonales a determinadas horas del día sí que han calado y el ambiente de las terrazas que se registra cada noche recuerda al que no hace mucho había un poco más arriba. Eso sí, hasta las dos de la mañana que es la hora permitida por la normativa autonómica.