La Fiscalía de Sevilla ha pedido hoy en sus conclusiones definitivas 40 años de cárcel para Sara L.H. por dos delitos de asesinatos cometidos contra dos bebés recién nacidos, a los que luego congeló en su casa de Pilas (Sevilla), lo que ha afirmado que solo puede hacer un "monstruo".
En su informe, la fiscal Gracia García ha subrayado que está de acuerdo con la acusada respecto a la afirmación que ella hizo a sus compañeros de trabajo cuando le informaron del hallazgo del primer bebé en noviembre de 2012: "Mañana vais a saber lo monstruo que soy".
La acusación particular ha pedido la misma pena, mientras que la defensa ha rechazado que Sara asesinara a sus hijos y ha apuntado que los congeló porque fue su forma de darles sepultura, lo que no es delito y por lo que ha pedido su absolución.
El jurado recibirá mañana el objeto del veredicto, tras lo cual tendrá que determinar la culpabilidad o no de la acusada, que ha rechazado hacer uso de su derecho a la última palabra.
"Sólo un monstruo está nueve meses embarazada sabiendo que va a matar a su bebé cuando nazca asfixiándolo, y lo hace además dos veces", tras lo cual los congela, ha enfatizado la fiscal.
La acusada "no está loca", es "una persona mala, fría, que es capaz de matar a sus hijos viéndoles la cara" y que actuó de forma consciente y sin estar presionada, ha indicado la fiscal.
En sus conclusiones, la fiscal ha resaltado al jurado que los informes forenses han determinado que los dos bebés, que encontró el marido en dos congeladores mientras limpiaba la casa, respiraron al nacer y murieron por "asfixia mecánica", el primero por ahogamiento.
Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Sevilla, ha recalcado, emitieron un informe "claro" respecto a que los bebés nacieron vivos y murieron por causas ajenas, y no por malformación o enfermedad, y ha agregado que un médico de la defensa quiso sembrar las dudas sobre la causa de la muerte pero también admitió que respiraron.
La fiscal ha recordado que los psiquiatras han descartado que la acusada padeciera enfermedad mental alguna y que era imposible que no supiera nada de un segundo bebé, como alegó la acusada.
En su relato, la fiscal ha señalado que la acusada veía a sus hijos congelados "cada vez que sacaba productos del congelador", y ha descartado que la mujer actuara presionada por su marido, que se hizo cargo de los bebés, a los que inscribió como Jesús y José antes de enterrarlos.
La acusada tuvo dos abortos y es madre de tres hijos con su marido, que se divorció cuando se localizaron los bebés congelados, y la fiscal ha recordado que la tercera hija la tuvo cuando fue detenida y que ese embarazo de ocho meses pasó inadvertido para los policías, fiscales y jueces que le tomaron declaración.
Por ello, considera veraz que su marido no se diera cuenta de los embarazos que desembocaron en dos bebés, que luego fueron hallados muertos, y que tampoco lo advirtieran el resto de familiares.
El abogado de la acusación particular, Rafael García, ha afirmado que existen "pruebas más que suficientes" para condenar a Sara porque no tiene "ninguna duda" de que asesinó a los bebés, lo que ha provocado daño a toda la familia.
En vez de asumir lo ocurrido, el abogado ha lamentado que la acusada se defiende acusando al exmarido de borracho y maltratador, y lo hace porque sigue siendo una mujer "mala".
El defensor de Sara, Manuel Caballero, ha criticado que la fiscal dijera que le da igual cómo se cometieron los asesinatos a los que alude, y ha agregado que no ha quedado acreditado cómo murieron los bebés, que pudieron ser gemelos y por eso la acusada no recuerda uno de los dos embarazos.
Su abogado ha apuntado que Sara sufría estrés por la relación conflictiva con su exmarido y ha señalado que si quería que nadie se enterara de lo ocurrido con los bebés los habría enterrado en sus tierras y no los habría congelado.