El hombre acusado de matar a su padre octogenario, tras asestarle 15 puñaladas, después de que agrediera a su madre en el domicilio familiar, en Cenes de la Vega (Granada), el 21 de junio de 2013, ha aceptado cumplir una condena de once años y 45 días de prisión, admitiendo ser el responsable de lo ocurrido.
Por ello, el jurado que lo iba a enjuiciar desde este lunes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada no ha llegado a constituirse, ya que la defensa y la Fiscalía han alcanzado un acuerdo de conformidad.
Así, aunque el Ministerio Público solicitaba inicialmente para él 16 años y medio de prisión por un delito de violencia familiar, otro de homicidio, y resistencia a agentes de la autoridad y una falta de lesiones, puesto que además agredió presuntamente a uno de los agentes de la Guardia Civil que acudió al lugar a proceder a su arresto, ha decidido finalmente rebajar su petición de condena a once años aunque por los mismos delitos.
Concretamente, ha pedido para él 10 años de prisión por un delito de homicidio, otros siete meses y 15 días por violencia familiar, seis meses por atentado a agente de la autoridad, y seis días más de localización permanente por una falta de lesiones.
Sí ha modificado más sustancialmente su solicitud de indemnización para sus familiares, y el fiscal ha reclamado más de 80.000 euros en concepto de responsabilidad civil para su madre, otros 80.000 más para su hermana, 905 euros para el agente herido y otros 9.055 euros para el Hospital universitario San Cecilio de Granada por los gastos en la atención médica dispensada, según han informado a Europa Press fuentes de la Fiscalía.
Los hechos se remontan a las 12,50 horas del día 21 de junio de 2013, cuando el procesado, Antonio A.Q., de 45 años, tuvo una discusión con su madre en el comedor de la vivienda común, en Cenes de la Vega, en el transcurso de la cual le dio varios puñetazos y bofetones en la cara que le produjeron contusiones.
Al advertir su marido y padre del acusado, de 80 años, la agresión, se dirigió a su hijo para impedir que continuara golpeando a su mujer. Sin embargo, el hijo del matrimonio cogió entonces un cuchillo de 17,5 centímetros de hoja y, "con la clara intención de acabar con la vida de su padre", se abalanzó sobre él y comenzó a darle cuchilladas por diversas partes del cuerpo desde la estancia donde se encontraban hasta el exterior de la calle.
Su padre acabó saliendo de la vivienda "para huir de la feroz agresión" que sobre él se producía. Había recibido un total de 15 puñaladas en cabeza, cara, cuello, tórax, abdomen y antebrazo que penetraron en su cuerpo en diversas direcciones provocándole heridas inciso punzantes que le ocasionaron la muerte a las 22,00 horas en el Hospital Universitario San Cecilio, al que fue llevado para ser atendido de sus heridas.
La Guardia Civil se personó en el domicilio para detener al acusado, pero, cuando iba a proceder al arresto uno de los agentes, el presunto parricida intentó impedirlo levantando una catana contra la gente, propósito que no alcanzó al ser derribado y reducido, con ayuda de un compañero, por el guardia civil agredido, que sufrió una tendinitis de hombro.