El partido secular Nidaa Tounes se ha hecho con la victoria en las elecciones parlamentarias celebradas el domingo en Túnez tras conseguir 85 de los 217 escaños del Parlamento, por delante de los 69 obtenidos por el islamista Ennahda, según los resultados parciales.
La Autoridad Superior Independiente para las Elecciones (ISIE) ha indicado que en tercer lugar ha quedado la Unión Patriótica Libre, con 16 escaños, mientras que por detrás han quedado el Frente Popular, con 15 escaños, y Afek Tounes, con ocho escaños. El resto de partidos han obtenido 24 escaños, tal y como ha recogido la emisora tunecina Mosaique FM.
Según ha recogido la agencia estatal tunecina de noticias, TAP, las autoridades electorales han quitado un escaño a Nidaa Tounes en la provincia de Kasserine en favor del partido Ettekatol, citando infracciones de la ley electoral durante la jornada de votación.
El presidente de la ISIE, Shafik Sarsar, cifró el martes en el 69 por ciento la participación en las elecciones, las segundas legislativas desde el levantamiento que derrocó al presidente Zine el Abidine ben Alí en 2011.
Pese a que hasta la madrugada de este jueves no han sido anunciados los resultados parciales, el islamista Ennahda ya había reconocido su derrota y había felicitado a su principal rival.
"Hemos aceptado este resultado y felicitamos al ganador", dijo el lunes Lotfi Zitoun, un alto cargo de Ennahda en declaraciones a la agencia británica de noticias Reuters. "Llamamos una vez más a la formación de un gobierno de unidad en el interés del país", reclamó.
La victoria de Nidaa Tounes abre la puerta al retorno de algunas figuras de la era Ben Alí que se han presentado a sí mismos como tecnócratas no salpicados por la corrupción de su régimen pero que poseen la capacidad administrativa para dirigir el país.
Liderado por Beji Caid Essebsi, un expresidente del Parlamento de la era Ben Alí, Nidaa Tounes apareció en 2012 como fuerza política aunando la oposición al primer gobierno liderado por Ennahda después de que los islamistas consiguieran alrededor del 40 por ciento de los escaños en la primera asamblea.
Nidaa Tounes atrajo a cargos de Ben Alí, pequeños partidos e incluso a sindicalistas para formar un frente anti-islamista. Pero Essebsi, un veterano político desde la independencia, y el líder de Ennahda, Rached Ghannouchi, un erudito islámico que pasó décadas en el exilio en Reino Unido, fueron claves en el compromiso político que sacó a Túnez del borde del abismo.