A las once de la mañana de ayer, hora en la que comenzaba en la iglesia de San Pedro la misa de corpore in sepulto por los dos jóvenes que murieron el lunes por la noche en la autovía a la altura de Torredelcampo, se guardaba un minuto de silenció en las clases del Instituto de Enseñanza Secundaria El Acebuche. La idea era la de concienciar sobre las consecuencias que pueden tener un trágico accidente como el que les ocurrió a los cinco jóvenes cuando circulaban por la A-316.
Muchos tosirianos, familiares y amigos, entre ellos alumnos de los institutos, daban el último adiós a los jóvenes de 19 y 20 años. El entierro se producía en el último día, de los dos de luto oficial, decretados por el Ayuntamiento de Torredonjimeno, donde además las banderas ondeaban a media asta. También se aplazaba la asamblea general de la fase final del proceso de Presupuestos Participativos, prevista para las siete de la tarde.
En el accidente también resultaron heridos otros tres jóvenes, que viajaban en el asiento de atrás del vehículo y que tuvieron que ser recatadas por los bomberos. Todo se encuentra ingresados, ya en planta, en el Hospital Neurotraumatológico con policontusiones. Dos fueron operados, uno con fractura de fémur y otro por rotura de tibia y el tercero sólo golpes en todo el cuerpo, teniendo los dos primeros que ser operados. El siniestro tuvo lugar sobre las 22,20 horas del lunes a la altura del kilómetro 68,950 de la A-316, lugar donde se salió el coche de la carretera.
A-316
Los conductores que circulan por la A-316 la consideran peligrosa por las curvas, cambios de rasante y la velocidad que en algunos puntos cogen los vehículos.
El del lunes no es el primero de los accidentes que se registran en la zona. Hace un año, en el kilómetro 70 se producía un accidente múltiple en el que se vieron implicados cuatro turismos y un camión. Y hace poco más de un mes dos personas resultaban heridas, en el kilómetro 90, tras chocar un coche y un camión. Son solo dos ejemplos de los de los últimos años.