Decenas de miles de georgianos han salido a la calle este sábado para protestar contra el Gobierno de Rusia, al que acusan de tratar de anexionarse Abjasia y Osetia del Sur --las regiones separatistas del país-- y han criticado a su propio gobierno por no hacer más para defender los intereses nacionales.
Las tensiones entre ambos países siguen siendo altas después de la guerra de 2008 que llevó al Gobierno georgiano a luchar contra dos regiones separatistas respaldadas por Moscú. Las relaciones diplomáticas, cortadas después de la guerra, no han sido restauradas y Rusia sigue teniendo una fuerte influencia en Abjasia y Osetia del Sur.
Los más críticos con el gobierno dicen que el Gobierno georgiano es demasiado reacio a criticar a su poderoso vecino, particularmente en lo que respecta a la crisis en Ucrania, lo que despierta recuerdos incómodos del citado conflicto del año 2008, después de cual estas provincias separatistas declararon su independencia.
Sin embargo, Rusia, junto a Venezuela y Nicaragua, son los únicos tres gobiernos que reconocen la existencia de Osetia del Sur y Abjasia como repúblicas independientes respecto de Georgia. Esta última región está situada a orillas del mar Negro y en ella viven cerca de 200.000 personas.
Recientemente Moscú, que se opone a los esfuerzos de Georgia para unirse a la alianza transatlántica militar de la OTAN, se ha propuesto un nuevo tratado con Abjasia, que es visto en Tbilisi como un paso hacia la anexión de la región a Rusia.
Los manifestantes, encabezados por los activistas y líderes de la oposición han marchado por la principal avenida de Tbilisi ondeando la bandera nacional y portando carteles en los que se podía leer: "No a la ocupación" y "No a la anexión".