El presidente de la asociación de la Memoria Histórica de Ronda, Francisco Pimentel, ha considerado un "total fracaso" la primera reunión del comité que se ha creado para la coordinación del proceso de exhumación de la fosa rondeña, que se estima que podría tener, al menos, restos de unos 1.600 represaliados.
La reunión del nuevo órgano, creado tras la huelga de hambre que el propio Pimentel mantuvo a las puertas del cementerio rondeño, ha sido calificada como un "total fracaso". Así, ha criticado al director general de la Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, Luis Naranjo, señalando que "vinieron dispuestos a imponer su fuerza institucional sobre la razón de nuestros sentimientos".
Según el representante de los familiares "aparte de la voluntad de querer abrir la fosa, Luis Naranjo y Juan Francisco Arenas no tenían nada previsto. Ni informar, ni pedir autorización a los familiares".
El responsable de este colectivo ha indicado también que los responsables del Gobierno andaluz "tampoco tienen previsto tomar el ADN de los familiares directos de fusilados que tienen vivos, al igual que tampoco se habría concretado con exactitud un lugar para guardar los restos que se fuesen exhumando". No obstante, sí se ha adelantado "un compromiso verbal" para habilitar un espacio en el hospital comarcal.
Desde la asociación han insistido en que antes de comenzar la excavación de la fosa se debería realizar una campaña de localización de los familiares vivos y proceder a la toma de la correspondiente prueba de ADN para una posterior identificación.