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Sevilla

“El Plan Supera ha sido un resorte para los ayuntamientos, están vivos”

El presidente de la Diputación Provincial de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, hace balance del mandato, habla de las elecciones y de la importancia de lo local, no sólo para el PSOE, si no para tener una visión pragmática y menos utópica

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  • Rodríguez Villalobos -

El presidente de la Diputación Provincial de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, nos recibe acuciado por sus reuniones con los alcaldes, que ya no son esos pedigüeños que llamaban a todas las puertas pidiendo algo para su pueblo. Ahora piden flexibilidad, aunque tengan que pasar por todos los controles, y no la encuentran entre tanta rigidez del Estado y de la Junta, y defiende que en su institución sí han encontrado un “balón de oxígeno”.

Hablando de alcaldes, la política local es muy diferente a la nacional o autonómica

–A la política local hay que ponerle rostro al mensaje, al discurso. No puedes camuflarlo. En la ciudad quizás se pueda despistar, por eso creo que el efecto Podemos no se visualizará con tanta virulencia.

El PSOE ya tiene preparadas sus listas...

–Los 104 pueblos, somos los únicos. El PSOE en Andalucía y en Sevilla en particular. Estamos muy bien organizados 

Y ha recibido el apoyo para ser candidato de nuevo a presidir la Diputación

–Fue por unanimidad. Yo no he pedido nada, pero se ha valorado el trabajo municipalista. El PSOE es garante y esternón del municipalismo, desde el 79, con altos y bajos, pero el 65% de nuestros representantes vienen del mundo local, donde no ha habido cambios.

¿Sevilla es clave para ganar?

–Es el referente en el PSOE nacional, para comprobar los resultados, y a nivel autonómico, tenemos las fuerzas canalizadas en Susana Díaz, que es un cocktail molotov: es perfecta, una líder que tiene inteligencia, imagen, con proyección. Tiene ese don de saber estar y el de la sensibilidad. Seremos la fuerza más votada y hay que procurar que ese margen de confianza sea suficiente para gobernar en solitario.

¿Y si hay que recurrir a pactos?

–Dios dirá, pero no estamos en esa clave. Los datos dicen que seremos los más votados y con margen. Hay partido que jugar pero con un claro favorito. Y hay que trabajarlo.

Imagino que el PSOE ya ha engrasado su maquinaria

–Está unida, cohesionada. En el PSOE ahora hay una situación interna tan excelente como yo no he conocido nunca, sin tensiones entre provincias. En las listas ha habido sus más y sus menos, pero no mucho.

Quizás uno de sus éxitos ha sido el Plan Supera, destinando el superávit de la Diputación a los municipios. Y vamos ya por la tercera edición. ¿Nos puede adelantar algún dato concreto?

–Hasta ahora, con Supera hemos aportado 64 millones, y estamos cerrando el ejercicio 2014, que estará en marzo. Voy a seguir echándole el pulso al Estado porque no estamos de acuerdo en que se invierta sólo en “inversiones sostenibles”. Es una mutilación de la autonomía local. Si un Ayuntamiento pide, porque lo demandan sus vecinos, rehabilitar el campo de fútbol, debería poderlo hacer.

¿No hay ninguna estimación de la cantidad que se invertirá?

–Puedo decir que va a haber superávit y queremos que se amplíe para que los ayuntamientos lo destinen a lo que quieran, dentro de la tipología de obras que nos permiten. Pero lo primero es resolver una parte del Supera II que se quedó sin ejecutar por falta de tiempo, porque el Gobierno nos lo dificultó: diez millones que no se pudieron invertir porque tenían que sacarse a concurso o licitarse, trámites que llevan su tiempo. Por eso ya le he mandado una carta a los alcaldes para que preparen los expedientes y esté todo preparado para agilizar los trámites y se ejecuten.

¿Hay algún ayuntamiento que no haya optado a esos fondos?

–(Niega con la cabeza) Todos los ayuntamientos, y lo que ha sobrado, lo han reinvertido. El Supera ha sido un balón de oxígeno para los ayuntamientos ante la paralización de inversiones del Estado y  Junta. Ha sido un sostén. Están vivos.

¿Otras diputaciones han copiado esta iniciativa y han iniciado planes similares?

–No hay ninguna otra pero cada una hace sus cosas.

¿Me puede explicar cómo, en crisis, genera la Diputación superávit?

–Es la suma de muchas circunstancias. Buenos técnicos de Hacienda, buenas cabezas en las direcciones de áreas y de los cuerpos de intervención. Y tampoco hemos echado a nadie. Hemos amortizado los puestos de trabajo y creado los que se adaptan a la casa, con dos convocatorias de bomberos para profesionalizar el parque, secretarios de ayuntamiento para asesorar y un centenar de plazas para dependencia. Hemos reestructurado y readaptado la plantilla con los sindicatos, y aunque hay críticas, que las acepto, no hay mucho conflicto. Tienen un convenio de los mejores de España. Hemos tenido que hacer los recortes por ley y la paga extra se abonará porque hay posibilidades. Esto es muy parecido a un pueblo. No hay que ir a grandes historias ni ser derrochadores, ni emplear el dinero donde no nos llaman.

¿Se refiere a Fibes o al Teatro de la Maestranza?

–O al Estadio Olímpico. Somos dueños y nos cuesta lo mismo que a un tercero hacer uso de ellos. Prefiero gastarlo en el Cipaem y en los pueblos que en el Maestranza.

Es decir, antes los pueblos que la capital

–Nuestro campo de actuación y nuestra razón de ser, que es lo que nos marca la legislación, son los municipios de menos de 20.000 habitantes, para tener un alumbrado público, una asesoría técnica o un arquitecto, inversiones, recogida de residuos sólidos, el parque de bomberos... Eso, que no les falte. Que después quiere actuar en Lebrija o en Alcalá, vale, pero después de los primeros. Y no es lo mismo actuar en las sierras que en el área metropolitana. Cada una tiene sus particularidades y hay que hacer políticas diferentes. La misión de esta casa es planificar con racionalidad, con sentido común. Muchas veces nos convertimos en muy gurús y filósofos, pero es más fácil aplicando el sentido común, y al final se abaratan los costes. 

¿En el debate de si deben o no mantenerse las diputaciones, imagino que cree en ellas?

–Yo creo en las diputaciones. Es más, si no las hubiera habría que inventar otra cosa, porque a los pueblos chicos los tienes que auxiliar. Un pueblo de la Sierra Norte de 500 habitantes, ¿qué servicio jurídico tiene, a qué arquitecto le puedes pagar, se ponen a recoger ellos la basura? ¿Y el agua, con la de aves rapaces que hay queriéndose meter a ver si privatizan el agua o la basura? No, aquí las manos públicas son las que van a controlar y está funcionando. Y eso al final da un resultado bueno, genera un superávit, que viene también porque el Gobierno central te prohíbe gastar más de la cuenta y eso genera más ingresos, funciona bien la cobranza de los impuestos y todo  va a pagarle a los bancos. De hecho, prácticamente no nos queda deuda. Ya quisieran muchos ayuntamientos estar igual.

Eso le iba a comentar, porque no todos los ayuntamientos están en la misma situación financiera y hay algunos que están en situación extrema, como el de Los Palacios, por poner un ejemplo

–Desde el inicio del mandato se ha corregido y saneado la situación de muchos de ellos, pero no en todos. Los Palacios, Burguillos o Huévar, por ejemplo, tenían estructuras muy cargadas. Por eso hemos instado a Hacienda a que haga algo excepcional, como  en Marbella, porque la Diputación ha hecho todo lo que ha podido: se le han anticipado fondos para pagar gastos corrientes, pero los ayuntamientos no tienen más capacidad. No hay que perdonar nada, hay que pagar, pero sí dar facilidades de pago.

¿Se podrían flexibilizar esas condiciones?

–Lo hemos hecho a través del Opaef, dando créditos a coste cero de interés para pagar inversiones, proveedores y gastos corrientes. Y todo el mundo lo ha aplaudido. Nosotros adelantamos 60 millones del superávit, porque se ha recaudado más y se ha gestionado bien, y asumimos el coste del préstamo a través del Opaef, ahorrando unos dos millones en intereses, sin recurrir a los bancos. El Gobierno ha salvado a los proveedores con su plan pero el Ayuntamiento sigue entrampado.

¿Y eso lo podría hacer el Estado?

–Puede... A algunos los ponía yo unos cuantos  meses en la Sierra Norte. Hay países que necesitan una criba por el municipalismo, unos cuantos añitos en la política local para tener una visión más pragmática, menos utópica... A los de Podemos los pondría allí, aunque ya sabemos que  no aspira a lo local. Se terminarían los discursos vacíos. En el PSOE no todo el mundo ha pasado por lo local, pero cuando el municipalista salta, se es muy receptivo a lo que dice el alcalde. No jugamos a la utopía y a la teoría política.

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