La vista oral contra Jonathan Moya, presunto asesino de la bebé de 16 meses de Palma del Condado (Huelva) Míriam, que debía celebrarse este martes en el Juzgado de lo Penal 2, ha sido suspendida por incomparecencia de un testigo y se ha señalado de nuevo para el 20 de noviembre de 2015.
Moya González se enfrenta en este procedimiento a penas que suman cinco años de cárcel acusado de vender por 10.000 euros una máquina retroexcavadora propiedad de su suegro sin su consentimiento y suplantando su identidad de forma fraudulenta. La Fiscalía, que considera que concurre la agravante de reincidencia, interesa además el pago de una multa de 12 meses a razón de 12 euros al día.
El escrito de calificación provisional que Moya González formalizó la venta de la máquina retroexcavadora con un tercero el día 2 de marzo de 2012 en el municipio de Tabernas y recibió a cambio 10.000 euros pese a que era propiedad de la empresa de construcciones de la que es dueño su entonces suegro.
Según el Ministerio Público, lo hizo "sin ningún tipo de autorización, simulando ser el dueño y tras suplantar de forma fraudulenta, mediante imitación de la firma del legítimo propietario" en los documentos de venta y transporte del vehículo.
La máquina pudo ser recuperada y entregada a los denunciantes con posterioridad si bien esto generó unos gastos de 1.138,70. Remarca el fiscal que el comprador perdió la propiedad y, además, "no ha podido recuperar los 10.000 euros que pagó", por lo que interesa indemnizaciones para los perjudicados por ambos montantes.
Moya González está a la espera de que un tribunal de jurado decida sobre su culpabilidad o no culpabilidad en el crimen de Míriam, por el que se enfrenta a un total de 26 años de cárcel por presuntamente asesinar a golpes y por asfixia a la pequeña en diciembre de 2012 tras mantenerla cuatro días secuestrada con vida.
Aún le quedará, antes de este enjuiciamiento y tras la suspensión de este martes, una vista oral también ante el Juzgado de lo Penal 2 de Almería acusado de hacerse pasar por intermediario en la venta de un turismo BMW que había sustraído previamente a su dueño y quedarse con los 3.000 euros de la venta si bien, pese a que se ejecutó la transferencia en una gestoría, la Jefatura Provincial de Tráfico habría detectado el supuesto fraude.
Poco después de que fuese detenido el 28 de diciembre de 2012 por el crimen de la bebé Míriam, Moya González se enfrentó también a varios juicios pendientes por estafas y falsedades documentales, así como apropiaciones indebidas. En todos ellos, a excepción de uno, reconoció los hechos en los distintos juzgados de lo Penal de Almería y se conformó con la pena que pedía el Ministerio Público.