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Viernes 15/11/2024
 

Jerez

“Jerez me pareció un escenario muy seductor para los lectores”

“Lo que me interesa es que los lectores disfruten la novela, no dónde llegaremos” | "Jerez es una ciudad preciosa, moderna, que conserva su esencia histórica”

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María Dueñas, la celebrada autora de El tiempo entre costuras y Misión olvido ha presentado esta semana su tercera novela, La templanza. Lo ha hecho en Jerez, donde se desarrolla buena parte de esta trama ambientada en la segunda mitad del siglo XIX, con el comercio bodeguero y las pasiones de sus personajes como protagonistas.

Llega convertida ya en toda una experta sobre Jerez...
—La verdad es que soy un poco experta en esta ciudad y en lo que fue, pero lo que es una alegría es poder volver, porque sois todos tan acogedores y cálidos que me encanta volver, y más ahora con una razón.

Una razón convertida en nueva novela, ‘La templanza’, cuya promoción nacional ha centrado en Jerez.
—Llegué el domingo por la noche y el lunes por la mañana ya estaba aquí el equipo de Planeta acompañado de cuarenta periodistas que se han quedado rendidos y encantados con Jerez. Le hicimos un paseo por la ciudad, por las bodegas y ha sido un no parar de entrevistas y encuentros hasta el acto oficial de La Atalaya.

Hay muchas expectativas depositadas en ‘La templanza’ tras tus anteriores novelas.
—El lanzamiento ha sido muy potente y muy ilusionante para todos. Son medio millón de ejemplares los que se han distribuido en España y nueve países de Latinoamérica. Entre los periodistas que han venido a Jerez había varios de Argentina, de Colombia, de México, o sea que hay muchas ganas para que este proyecto tan jerezano salga adelante.

¿Cómo surgió la idea de ambientar la historia en Jerez?
—Siempre me había gustado mucho el mundo del vino, este entorno de Jerez y, sobre todo, aquellos años de comercio internacional, cuando se consolida la relación con Inglaterra, y me parecía un escenario enormemente seductor para los lectores que no lo conocen. La gente que lo conocemos convivimos con esas referencias con naturalidad, pero me parecía que era una cosa cautivadora para quien no lo conociera, tanto dentro de España como fuera de nuestras fronteras, porque ahora mismo la obra se va a distribuir en Latinoamérica, pero ya se va a traducir al inglés, se va a distribuir en Estados Unidos, también se va a traducir al francés y se está en negociaciones para su traducción y distribución en otros países, con lo cual vamos a lanzar a Jerez a un montón de sitios, aunque ya sepamos que a Jerez se la conoce en muchísimos sitios a nivel internacional. Vamos con esa idea de difundir aquel Jerez legendario que todavía conserva parte de aquella esencia, pero centrado en el papel de entonces de las grandes bodegas, del gran comercio, cuando el mundo está cambiando en ese siglo XIX en el que España está perdiendo sus colonias, en el que nace una nueva burguesía y se producen varios cataclismos en la historia que entendía que había que introducir en la novela.

¿Cómo ha sido el proceso de documentación del mundo bodeguero de Jerez?
—He leído mucho, me he hecho con muchos libros y materiales antiguos, más especializados, he recurrido a la voz de los expertos, me he paseado mucho por Jerez, de forma anónima muchas veces y otras ya saliendo del armario y recibiendo mucho cariño de los jerezanos, pero ha sido un proceso largo con distintas etapas y estoy muy satisfecha.

¿Qué es lo que más te ha atraído de la ciudad?

—Todo, porque la verdad es que es una ciudad preciosa, moderna, que conserva parte de su esencia, con casas maravillosas -en la novela una de esas casas juega un papel primordial-, las bodegas son una maravilla, las viñas alrededor, es un entorno de lo más seductor.

¿Cuál es tu vino favorito de Jerez?
—Tengo que reconocer que me gustan todos, pero me estoy aficionando mucho al palo cortado. Los que vienen de fuera tienden a asociar a los vinos de Jerez con el fino, pero descubren que no es así. De hecho, de cara a la novela, muchos pensaban que lo que iba a contar que bebían los ingleses era fino, y no es así, y he tenido que ir deshaciendo esos entuertos.

¿Cuál es la historia central de La templanza?
—La templanza es la parte de la historia de un hombre a lo largo de todo un otoño de su vida. El hombre es Mauro Larrea, un español de origen, de una aldea de Castilla, muy pobre, que enviuda muy joven, y con sus niños pequeños emigra a México, como muchos españoles que tuvieron que marcharse. Allí empieza como minero, es un tipo ambicioso, trabajador, y poco a poco se mete en proyectos y termina convirtiéndose en un rico y poderoso empresario en la capital de México. Hasta que arriesga exageradamente en una empresa que se frustra porque empieza la Guerra Civil en Estados Unidos y de pronto se ve pobre, endeudado, y con la necesidad de reconstruirse, por lo que emprende una huida hacia adelante. Primero marcha a Cuba que era la última joya que le quedaba al decrépito imperio español. Piensa que en el tabaco o en la azúcar podrá emprender algún negocio, pero de pronto se encuentra con un legado en sus manos, una viña que nadie trabaja desde hace décadas, una bodega que se cae a trozos, y una casa palacio desolada en pleno Jerez, en calle Tornería. Su idea es venderlo todo para volverse a América, saldar sus deudas y emprender otros proyectos, y una vez que llega a Jerez tiene que ocultar que está arruinado. A partir de ahí entra en escena la protagonista femenina, Soledad Montalvo, que está casada con un marchante de vinos inglés, y aquí se encuentran los dos, se genera complicidad entre ellos y empiezan a pasar muchas cosas.

La verdad es que tus novelas hay que leerlas para vivirlas...
—Además de que pasan muchas cosas, los protagonistas son personas con muchas aristas, hay unos secundarios maravillosos que les dan el contrapeso, los escenarios son muy bonitos...

Ha llamado la atención que ésta es tu primera novela protagonizada por un hombre...
—Sí, pero lo hago con mucho gusto. El personaje me lo ha puesto muy fácil. Es un hombre al que se le cruzan en su vida muchas mujeres y está muy condicionado por el poder que las mujeres ejercen inesperadamente en su vida.

¿Por qué el título de La templanza?
—La templanza es una virtud cardinal a la que todos debemos aspirar, que el protagonista no tiene en un principio, porque va arrebatado, a contrarreloj, intentando salir de su debacle y que al final va a encontrar. Además es el nombre de la viña que él hereda y que juega un papel fundamental en su vida.

Supongo que será todo un reto superar los éxitos de tus dos primeras novelas...
—En realidad no me la he planteado con el reto de superarlas, sino con el deseo de que los lectores la disfruten, que descubran este Jerez maravilloso, la Cuba colonial, que sientan las pasiones de los personajes, y con eso me doy por contenta. No sé dónde llegaremos, aunque tenemos un lanzamiento muy potente de la novela y el listón está alto, pero hasta donde llega la novela es lo que menos me preocupa, lo que me interesa es que los lectores la disfruten.

¿Habrá en este caso adaptación a la televisión?
—Ya veremos que conseguimos, aunque de momento no hay nada fijo.

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