El número de quiebras empresariales descenderá un 7% en 2015, circunstancia que no impedirá que los niveles de insolvencia se mantengan un 70% por encima a los registrados en el año 2007, según un estudio realizado por la aseguradora Crédito y Caución.
En este contexto, el consumo continúa siendo prudente en un entorno con una baja inversión y con unos criterios muy estrictos por parte de los bancos que dificultan a las empresas la refinanciación y expansión de su negocio.
El estudio refleja cómo la posibilidad de que se afiance la deflación, lo que perjudicaría la débil recuperación económica, hace que la incertidumbre aún esté presente en las persepectivas de la zona euro.
Los países del sur, Portugal, España e Italia en particular, se enfrentan a una situación de insolvencia complicada en 2015, ya que las previsiones indican que el número de quiebras empresariales será casi tres veces mayor que en 2007.
En Italia, con una economía aún en recesión, el número de insolvencias ha aumentado un 10%. Por otro lado, en España y Portugal se estima que disminuyan un 20% y un 11%, respectivamente en 2015, niveles aún muy alejados de los propios de estos países antes de la crisis.
El único país en el que se estima un aumento de las quiebras empresariales es Noruega, con un incremento del 6% en 2015, ya que la economía del país se ha visto afectada por el descenso del precio del petróleo en los últimos meses. Así, el estudio prevé que el número total de insolvencias en Noruega sea un 61% superior en 2015 que en 2007.
En Europa Occidental se estima que la mayoría de los países que no pertenecen a la zona euro experimenten una reducción de las insolvencias, especialmente Dinamarca y Reino Unido.
EE.UU. REDUCE EL NÚMERO DE INSOLVENCIAS
En Estados Unidos se espera una reducción del 16% en los niveles de insolvencia en 2015, lo que supondría seis años consecutivos de descensos. El estudio prevé que el número de quiebras empresariales será un 20% menor que en 2007, ya que las empresas estadounidenses continuarán beneficiándose de unos bajos costes de financiación. No obstante, las compañías exportadoras pueden verse afectadas por la apreciación del dólar, lo cual haría descender sus beneficios.
Asimismo, el estudio estima una disminución del número de insolvencias en otros mercados, como Japón, Nueva Zelanda y Australia.