Seguramente tardará en repetirse una Semana Santa tan redonda para las cofradías y hermandades de Alcalá la Real, y por extensión de todo el país. Frente a la casi habitual rutina de las consulta de las previsiones meteorológicas y la temerosa mirada al estado de los cielos, este 2015 será recordado por un tiempo plácido y sereno, acompañado de temperaturas más propias de los inicios del verano, que han servido, además, para que bares y terrazas completen unos buenos días de negocio.
Todas y cada una de las cofradías y hermandades alcalaínas, desde el Domingo de Ramos, en una tarde en la que lució magnífica la Cofradía de Entrada de Jesús en Jerusalén y Nuestra Señora de la Estrella, pasando por el Viernes Santo, con el Dulce Nombre, el Gallardete de Jesús, el Ecce-Homo, Cristo de la Salud y Virgen de las Angustias, hasta el Domingo de Resurección, la vistosidad y originalidad de la Semana Santa alcalaína ha podido mostrarse en todo su esplendor, por primera vez en muchos años.
Satisfacción, por tanto, en la gran familia cofradiera alcalaína, tras días y noches intensos en los que, como pocas veces, se ha plasmado el trabajo llevado a cabo por cofrades y bandas durante los meses previos a esta gran Semana de Pasión.
