Esta semana falleció el guitarrista y cantaor Manuel Molina, compositor y gran renovador del flamenco. Parte de sus cenizas descansan ya en aguas de la playa de El Rinconcillo, en Algeciras, en el barrio en el que pasó sus primeros años de vida. Por deseo expreso del fallecido sus restos se reparten entre las dos aguas que inspiraron sus creaciones, la de la Bahía de Algeciras y las del río Guadalquivir, con el que convivió en Triana, el lugar donde se produjo la explosión creativa y artística de Manuel.
Manuel Molina Jiménez nació en 1948 en Ceuta en el seno de una familia gitana. Era hijo del guitarrista algecireño Manuel Molina Acosta, El Encajero. A los 5 años se trasladó con su familia a Algeciras y a los 9 años, a Sevilla, al barrio de Triana. Allí empezó a tocar la guitarra por influencia de su padre y a escribir poemas a los que ponía su propia música.
Esos primeros años de vida en Algeciras le marcaron y regresó con regularidad al barrio de su infancia. Fruto de esas visitas , en especial en verano, entabló amistad con un guitarrista coetáneo y también leyenda del flamenco, Paco de Lucía, otro habitual de El Rinconcillo en los veranos de su juventud.
El estudioso del flamenco Fermín Lobatón, en un artículo publicado esta semana en el diario El País a raíz de la muerte de Manuel Molina, señaló que “en Algeciras compartió años de adolescencia con Paco de Lucía, del que contaba que siempre estaba estudiando”.
Antes de destacar con la que fuera su esposa durante dos décadas, Lole Montoya, con la que formó un dúo artístico inolvidable, o de integrar el grupo Smash, un referente del rock andaluz surgido de la Sevilla hippy y underground de los sesenta, Manuel mantuvo lazos con otro algecireño, Antonio Cortés Chiquetete. De adolescente protagonizó formaciones, entre las que destacó Los Gitanillos del Tardón, que es la que formó junto a Chiquetete y El Rubio.
El Encajero
El padre de Manuel Molina fue el guitarrista Manuel Molina Acosta, nacido en la calle Matadero en el año 1923. Formó parte, en los años sesenta del trío Los Canasteros, así como también de Los Paquiros y Molina y sus Gaditanas, con los que grabó en varios discos.
Una de sus etapas musicales más recordada fue aquella en la que formó parte del trío Los Gaditanos. Estaba integrado por tres algecireños. Además de El Encajero, formaban parte del mismo Flores El Gaditano, el único de ellos que aún vive, y Juan Pantoja Córtes, padre de Isabel Pantoja y tío de Chiquetete, con quien su hijo coincidió en Los Gitanillos del Tardón.
En sus comienzos era llamado Trío Café Piñero, ya que se formó y nació en el emblemático establecimiento del mismo nombre. Allí surgieron las primeras letrillas y los primeros acordes de este afamado trío que, que triunfó por todo el país en los años cuarenta y cincuenta.
Cuando el padre de Manuel Molina se trasladó a Sevilla tuvo como vecina a la familia de los Pantoja, junto a su amigo y compañero Juan Pantoja. De ahí surgió la amistad de su hijo, el recientemente fallecido Manuel Molina, con el de su amigo, Chiquetete, otro de los lazos que le ataban a Algeciras.
Manuel Molina, el hijo de El Encajero, ya descansa en los dos lugares que marcaron profundamente su vida. Fue incinerado en el tanatorio de Camas, después de que Carmelilla Montoya, hermana de Lole, le bailara por última vez en la capilla ardiente del teatro de San Juan de Aznalfarache. Y desde allí sus cenizas han viajado a las dos aguas a las que Manuel le escribió casi todos sus poemas. Por un lado, parte de sus restos han ido a El Rinconcillo. Por otra, también han sido esparcidas en el Guadalquivir.