El reconocido abogado jienense Javier Carazo Carazo recibió ayer la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort, concedida por el Ministerio de Justicia como la máxima distinción a un abogado al que reconoce su trayectoria y excelencia profesional.
El letrado jienense, a sus 57 años de edad, cumplirá a finales de diciembre 35 años de ejercicio profesional y asegura que la Abogacía es para él “un estilo de vida” que no lo hace descansar ni entender de días del calendario por la pasión que pone a diario en cada caso y porque es su vocación. “Siempre es un orgullo que reconozcan tu trabajo. Para mi es un honor porque he tenido la suerte de trabajar desde que terminé la carrera en una profesión por la que siento pasión y por la que me reconocen”, confirmó a VIVA JAÉN.
El acto se celebró en la sede del Colegio de Abogados, una institución que bien conoce Carazo por sus 25 años de trabajo como tesorero, secretario, vicedecano y decano. Éste último cargo lo ocupó desde 2001 hasta que en 2012 tomó posesión el actual decano, Vicente Oya, cuya Junta de Gobierno lo reconoció ayer también con la Medalla al Mérito Colegial. “Es un reconocimiento que viene de colegas, de compañeros. Para mi ha sido un detalle muy especial”, aseguró.
Además de más de dos décadas dedicado a servir a los intereses del Colegio de Abogados de Jaén, Carazo ha formado parte del Consejo General de la Abogacía Española y ha sido presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Abogados.
Javier Carazo aseguró que ambos reconocimientos le hacen más fácil seguir trabajando a favor de la Administración de Justicia y de la Abogacía, porque nunca lo consideraría como una obligación. “He tenido la suerte de trabajar de forma ininterrumpida en una profesión que me enseñó a amar mi padre.
Con él aprendí en su despacho, en Arquitecto Berges. Sigo en la misma calle, en otro despacho por el que ahora pasa mi hija, que con 21 años sólo le queda una asignatura para aprobar el Grado y ejercer en un futuro”, dice orgulloso.
Asegura que la justicia en la capital “no va mal”, que la Ley de Acceso a la profesión dará los mejores abogados y que aún no hay voluntad política para hacer de Jaén una capital con Ciudad de la Justicia, que reclamó de forma incansable como decano.