Cañaílla de Cádiz o gaditano de La Isla, Fernando Lobo llevó a la plaza de la Iglesia en la tercera y penúltima cita con el ciclo en La Mayor la música folk, el blues, los ritmos caribeños, el jazz... y a unos cuantos amigos y familiares. No para llenar la plaza sino para subir el escenario con ellos.
Allí arriba estuvo su propio hermano, que cantó y el también isleño y constructor de guitarras Sergio Carrillo, que cantó a dúo con Lobo la canción más tristes que nunca hubiera querido escribir.
Fernando Lobo no es un desconocido ni acaba de llegar, aunque el cantautor al uso es una especie dedicado a las minorías y al ambiente selecto. Pero en su trayectoria ha compartido cartel con músicos de la talla de Javier Ruibal, Luis Eduardo Aute, Pedro Guerra, Ismael Serrano o Cristina Rosenvinge.
Pero el cantante se subió al escenario para presentar su último trabajo, un disco que lleva por título Para seguir, un título que sugiere que seguirán saliendo canciones con su sello.
