Según datos de Acnur, desde comienzos de mayo, 1.171.000 civiles han tenido que desplazarse desde sus lugares habituales de residencia debido a la creciente inestabilidad en el norte de Paquistán.
“Durante décadas Paquistán ha acogido a millones de refugiados afganos. Es importante expresar exactamente la misma solidaridad” que los paquistaníes, expuso Guterres, quien subrayó que es necesario un apoyo económico “masivo” de la comunidad internacional, para lo que instó a que se haga efectivo “rápidamente”, ya que “no es momento para gestos simbólicos”.
Si las ayudas no llegan, la crisis humanitaria se convertirá en un gran “factor desestabilizador” para Paquistán, que ya acoge a 1,7 millones de refugiados afganos y a otros 550.000 desplazados internos por las ofensivas emprendidas por el Ejército en 2008 en otros lugares de la Provincia de la Frontera del Noroeste y las adyacentes áreas tribales fronterizas con Afganistán.
Incluso el primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, describió el pasado jueves en el Parlamento la crisis como el mayor desplazamiento de civiles desde la creación del Estado y la partición del subcontinente en 1947, tras la independencia del Imperio Británico, momento en el que millones de personas vinieron a Paquistán desde la India y viceversa.
El Gobierno paquistaní anunció esta semana la celebración el próximo día 21 de una conferencia internacional de donantes para recabar ayuda para los afectados por el conflicto.
Aunque EEUU, Francia, China y la UE ya han prometido una ayuda económica, el ministro paquistaní de Economía, Shaukat Tarin, cifró entre 600 y 800 millones de dólares la cantidad que Paquistán necesita para asistir a los desplazados en todo el proceso hasta la reconstrucción de sus hogares.
Guterres evitó ayer ofrecer números, aunque fuentes de la ONU consultadas por Efe aseguraron que tan sólo Acnur está a punto de elevar su ayuda en 80 millones de dólares, mientras que otras agencias como Unicef o el Programa Mundial de Alimentos harán lo propio.
Guterres explicó que la ONU está desarrollando un mecanismo para poder transportar comida, probablemente por vía aérea, a las decenas de miles de personas atrapadas en áreas aisladas.
Según datos facilitados por Acnur, del total de desplazados, 130.950 se hallan en los diversos campos de acogida habilitados en zonas de la NWFP cercanas a los distritos de Swat, Buner, Dir y Shangla, donde se está llevando a cabo la ofensiva contra la insurgencia talibán.
“La situación es de agobio. La gente pasa por estados psicológicos. Primero, de alivio por haber abandonado el lugar de confrontación, pero después sufren un bajón”, explican desde Unicef.