El portavoz popular Mario Cortés echó ayer más leña al fuego en el conflicto de Limasa tras reafirmarse en su postura sobre privatizar en seis lotes la gestión para “que ésta sea la última huelga y acabar con el conflicto laboral”. A menos de una semana para un nuevo parón, Cortés insistió en que esta opción, que ya secunda Madrid, obligaría a las empresas a competir entre sí y, aunque, a falta de estudios económicos, se puede antojar “ligeramente” más cara, “a la larga saldría más barata”.
El popular insistió en que los malagueños “están hartos del chantaje” y apeló a la plantilla de limpieza para “imponerse la mayoría” al comité de empresa. “Que los trabajadores voten si sus representantes están haciendo un bien, pensando más allá de 2017, y de forma abierta”, reivindicó. Cortés recriminó que “cada vez que hay que negociar un convenio piden subirse el sueldo”, y matizó que a los malagueños no les interesa el modelo “sino que Málaga está sucia”.