El Sevilla estará este viernes en el bombo de los cuartos de final de la Europa League tras deshacerse del Basilea por la vía rápida en un gran primer periodo.
Con varias ausencias montó el once el técnico Unai Emery, incluida la presencia de David Soria en la meta. Pero este Sevilla tiene en el Pizjuán a su mejor aliado y eso lo demostró en un primer tiempo en el que supo esperar su momento para aniquilar a su rival en tan sólo diez minutos. Y eso que comenzó el encuentro con falta de intensidad y sin ocasiones. El control era sevillista, pero no había manera de hincarle el diente a un equipo suizo mucho más preocupado de cerrar espacios que de salir a la contra.
Hubo que esperar hasta el minuto 26 para contabilizar la primera ocasión medio clara para los locales en un disparo de Krohn-Dehli que pudo despejar Vaclíck no sin apuros. Tras esa acción el equipo de Unai Emery pareció tomar impulso y sus llegadas al área del Basilea se acumulaban por minutos. Así, en el 32 un fuerte disparo de Banega desde 50 metros cerca estuvo de sorprender al meta suizo y sólo tres minutos después, en un saque de esquina botado por Reyes, lo cabeceó Rami a ras de suelo y en un escorzo casi imposible para levantar a todo Nervión con el primero de la noche.
Despertó la bestia. Una bestia en forma de Reyes que se marcó un jugadón en el 43 para poner en boca de gol un pase de la muerte a Gameiro y dejar casi atado el pase a cuartos. Que se refrendería sólo un minuto más tarde con una recuperación de un gran Krohn-Dehli y un centro al área que remachó Gameiro con su segundo gol.
Así se llegaría al tiempo de descanso, con un explosivo Pizjuán y con una eliminatoria más que encarrilada. Y la reanudación aconteció tal y sobre lo previsto. Un estéril Basilea, como rendido, apenas inquietó el marco de un firme David Soria, mientras que los rojiblancos basaron su fútbol en controlar y atacar para no verse obligado a defender. Incluso Mariano rozó el cuarto en una buena triangulación con un Krohn-Dehli que terminó lesionado tras su acción con la espuela.
Fue lo más destacado de un segundo periodo a falto de competitivad y que valió para que la afición celebrase un meritorio pase a cuartos en el que comenzarán a cocerse las habas de la Europa League.