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Miércoles 18/12/2024
 

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Los bálticos piden tropas de la OTAN por la "amenaza" de Rusia

Tanto la declaración Letonia como el informe estonio reconocen que disuadir a Rusia es imposible sin el apoyo de los aliados de la OTAN, principalmente EEUU

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Los bálticos, en la frontera oriental de la OTAN, se sienten amenazados por Rusia y acogen amplias maniobras militares mientras ansían que la pronta llegada de las tropas permanentes de la alianza tenga un efecto disuasorio.

El arranque de los Saber Strike, ejercicios militares anuales que organiza la OTAN en Estonia, Letonia y Lituania, coincidió esta semana con la adopción, en la Saeima (cámara baja letona), de una declaración política sobre defensa que apunta a Rusia como el "principal peligro para la seguridad" de los bálticos.

"Identificamos los progresivos esfuerzos de Rusia para influir en la seguridad de Letonia usando varios niveles de influencia", asegura este documento que respaldó una amplia mayoría del parlamento.

El texto denuncia sin subterfugios el empleo, por parte de Moscú, de tácticas de "propaganda", "influencia psicológica" y "ataques en el ciberespacio", y acusa el Gobierno ruso de usar "la energía con fines políticos", alterando "la economía y el comercio con barreras artificiales y prohibiciones" y promocionando la "desafección en la sociedad" de los bálticos.

Todo esto, agrega la declaración, está a la vez reforzado "por las actividades militares cerca de la frontera letona" del Ejército ruso.

Algunos parlamentarios de la oposición, sin embargo, aseguraron que el concepto de defensa del Gobierno se centra demasiado en Rusia y sólo servirá para exacerbar las tensiones con el poderoso vecino.

La declaración de la Saeima tuvo lugar un día antes de la conmemoración del 76 aniversario de la ocupación soviética del país, que comenzó el 17 de junio de 1940, un hecho que quedó ensombrecido entonces por la simultánea caída de Francia a manos del ejército nazi en el frente occidental.

En este 17 de junio, sin embargo, varios miles de soldados de miembros de la OTAN y de otros países como Finlandia participaron en unos ejercicios militares terrestres y aéreos, incluyendo misiones de combate simuladas y repostajes en vuelo a cargo de nodrizas estadounidense A-10 estacionados temporalmente en Letonia.

Washington regaló además a las fuerzas armadas letonas cuatro estaciones de radar móviles del tipo "Sentinel", capaces de detectar aparatos sobrevolando a baja altura, cuando Rusia cuenta con una base de helicópteros cerca de la frontera con Letonia.

La declaración del Parlamento letón apunta en la misma dirección que un reciente informe del Centro Internacional de Defensa y Seguridad, un instituto de estudios estonio que aseguraba que "la alianza debe identificar a Rusia en términos claros como una amenaza para su seguridad".

Los expertos Kalev Soicescu y Henrik Praks aseguran en ese documento que la OTAN debería "tratar de establecer una postura disuasoria efectiva para contrarrestar la política rusa".

Tanto la declaración Letonia como el informe estonio reconocen que disuadir a Rusia es imposible sin el apoyo de los aliados de la OTAN, principalmente Estados Unidos.

Varios cientos de soldados estadounidenses, en una base rotatoria, han estado presentes en Letonia desde la primavera de 2014, a los que recientemente se han sumado varios cientos de vehículos militares armados procedentes de bases de EEUU en Europa Occidental.

La próxima cumbre de la OTAN, que se celebrará en Varsovia a principios de julio, prevé acordar el envío a los tres países bálticos y a Polonia de sendos batallones de carácter multinacional y una presencia permanente, aunque los soldados roten de forma periódica.

A pesar del incremento de la presencia de la OTAN en las naciones del Báltico, la preocupación ha arraigado en las sociedades de estos tres pequeños países, que recuperaron su independencia tras el derrumbe de la Unión Soviética.

Los medios locales y los parlamentarios debaten acaloradamente enmiendas al código penal en Letonia para elevar los castigos para los denominados crímenes contra el Estado, entre los que se incluyen los llamamientos a cambiar el sistema político del país o acabar con su independencia.

Asimismo, han aumentado las peticiones en Letonia para que las fuerzas de seguridad eleven la presión sobre quienes defiendan puntos de vista considerados prorrusos.

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