En un “limbo virtual”. Así definen en la Comunidad Residencial El Campo, que aglutina a los vecinos de las calles residenciales de enfrente de la entrada de la puerta de personal de Hipercor, la anómala situación que padecen desde hace más de una década por los problemas de titularidad de su calle que les ha generado el Ayuntamiento. Hasta niveles tan surrealista ha llegado la situación, que los poco más de 40 vecinos de unifamiliares de las calles Menta y Yerbabuena, son propietarios del 50% de estos viales. Esto se traduce en que una mitad de la calle es pública y la otra mitad es privada y por ende tanto el alumbrado como los trabajos de limpieza cuentan a cargo de los vecinos.
El problema es que al haber esta indefinición, los residentes tienen que soportar que las casas del otro lado tengan sus vados para aparcar y los empleados esta gran superficie entren y salgan en busca de aparcamiento mientras ellos, en la parte de su acera, no tienen rebaje ni un hueco garantizado en la misma puerta de casa. Una situación que se ha derivado en más de un conflicto entre los propios propietarios.
Como explica Francisco Mariscal, representante de los vecinos afectados, para entender esta problemática hay que remitirse al año 97 cuando los vecinos adquirieron estas viviendas. “Fueron las primeras que se hicieron y el Ayuntamiento no se hizo cargo de las calles en una zona que prácticamente no estaba urbanizada”. Pasó el tiempo y se fueron construyendo edificaciones en el resto de parcelas colindantes y se fueron cediendo las calles al Ayuntamiento. Fue entonces cuando ellos se quedaron con mitad de su vial de dominio público y la otra mitad privada. No la puedan cerrar, pero desde 2003 cuentan en su poder con un informe urbanístico al que ha tenido acceso este periódico y que les expidió la extinta Gerencia Municipal de Urbanismo en el que se reconoce el uso y dominio privado de ambas calles (Menta y Yerbabuena).
“¿Qué más tenemos que demostrar?”, apunta Mariscal, que asegura que los propietarios están cansados de dirigirse al Ayuntamiento a lo largo de estos años y que nadie les dé una solución. Para más inri, hace cuestión de tres años cuando tuvieron una reunión con el exdelegado de Urbanismo del PP, Agustín Muñoz, los vecinos comprobaron un hecho “insólito” cuando este último les trasladó que sus calles figuran como propiedad del Consistorio en el último PGOU. “El Ayuntamiento se ha apropiado de nuestras calles por un error, un descuido o, ¿mala intención?, de alguien y ahora ningún técnico se hace cargo”, critican.
El agravio que sufren por estas circunstancias es cada día más alto pues además de no poder gestionar los aparcamientos de los vehículos de los propietarios, no pueden hacerse cargo de los múltiples desperfectos del acerado debido a las jacarandas, cuyas raíces les han levantado muros y alcorques hasta 20 centímetros en algunos casos. Lo peor de todo es que ni el Ayuntamiento les permite actuar, ni en la Administración local se hacen cargo. En febrero presentaron una reclamación ante el Catastro y tienen claro que si sigue sin haber movimiento acabarán llevando al Consistorio a los juzgados. “Es la única posibilidad que nos están dejando con esta actitud”, lamenta.
Sin poder aparcar y arreglar el acerado
Las calles Mar y Yerbabuena dan justamente frente a la puerta de entrada de personal de Hipercor y los vecinos no pueden gestionar sus aparcamientos mientras las casas de enfrente tienen su vados.
