El ‘bailaor’ linense se adentra en el espectáculo ‘Lorca muere de amor’ en el lado menos conocido y más íntimo del poeta granadino. En su tierra se podrá disfrutar dos días seguidos, el 10 y 11 de agosto, en el Palacio de Congresos. Otro de los alicientes es poder ver sobre el escenario a su paisana Erika Leiva y a la gibraltareña Chloe Martínez.
“No sé qué otra cosa hubiera sido si no hubiese sido ‘bailaor’. Nunca lo he pensado“Las palabras de David Morales desgranan paso a paso el intenso ritmo de una vida entregada en cuerpo y alma a los escenarios, en giras y giras en la que aún zapatea en su cabeza la ilusión de aquel niño que comenzaba a despuntar en el mundo del flamenco junto a la madurez de un creador que siente también la responsabilidad de actuar ante públicos de distintos países y variada relación con este arte.
-¿Qué se va a encontrar el público que asista en La Línea a ‘Lorca muere de amor’?
—Sobre todo se va a encontrar una historia de amor, la historia de amor vivida por Federico García Lorca. El Federico más personal, más apasionado, más que al Federico que normalmente conocemos, menos el Federico de su obra, sino un poco más el Federico como persona.
-¿Qué hace a Lorca tan universal para que atraiga público de todos lados?
—Sobre todo esa magia que él tenía y esa forma de interpretar las cosas, como pianista que fue, como escritor, con su poesía, todo lo que viajó en tan poco tiempo y lo que le dejó escrito, y toda esa tristeza por la forma en la que muere.
-Parece que el arte y la cultura van por delante de las situaciones políticas cambiantes que nos encontramos. Lo digo porque hay artistas de La Línea y de Gibraltar en el espectáculo. ¿Qué nos puede contar de estos artistas que aparecen en el cartel?
—Lo que hemos querido también con estos dos días, aparte de los problemas diarios políticos que tenemos, sobre todo en nuestra zona, pues es unir un poco más aún si cabe a través de la cultura esta vecindad que es familiar que debemos de tener y tenemos tanto los vecinos de La Línea con Gibraltar como Gibraltar con La Línea. Transmitir un poco ese mensaje. Cerrar fronteras es lo que queremos hacer, no abrirlas. Con esta idea de invitar a Erika Leiva que es una embajadora importante de La Línea y después con Chloe Martínez, que es una joven promesa gibraltareña, damos ese toque también, como decía, de unidad y de vecindad.
-Esta unión a la que se refiere va acompañada de fines benéficos, en esta ocasión para la Asociación de Esclerosis Múltiple del Campo de Gibraltar.
—A mí me gusta siempre colaborar con algunas ONG.En muchos sitios lo hemos hecho. Lo hemos hecho en Madrid, en Argentina...y creo que es una buena labor que hay que hacer y fomentar. Es en parte también un homenaje por todo lo que trabajan en la Asociación de Esclerosis Múltiple. Están todo el día trabajando para el bien de los demás. Es una buena opción el poderlo hacer.
-Hablando de su carrera profesional, ¿cómo se vive el salto a actuar en grandes escenarios internacionales de la talla de los de Nueva York o los de Buenos Aires? ¿Cómo se siente el arte del flamenco más allá de nuestras fronteras?
—El flamenco es tan internacional que en cualquier rincón del mundo tiene esa fuerza y ese agarre que engancha a cualquier público, sea un público argentino, japonés o africano. El flamenco tiene por sí esa agarre y esa fuerza musical, independientemente de quien lo interprete sea mejor o peor. El hecho de ser flamenco tiene ese enganche. Incluso en Japón hay muchísimas más academias de flamenco que en España. En cualquier rincón del mundo te encuentras a gente practicando, y tocando y bailando y cantando flamenco.
-Volviendo al origen de su carrera, ¿qué cree que fue lo que le llevó a seguir los caminos del baile? Ya de muy joven compartió cartel con artistas de la talla de ‘Camarón de la Isla’, ‘Fosforito’, o ‘Chiquetete’.
—Bueno, sobre todo, mis comienzos fueron de muy pequeño. Cuando eres un niño no te das cuenta de lo que haces y a mí, desde primera hora, en casa mis padres siempre me han ayudado, me han inculcado y me han visto que yo era gracioso y lo hacía bien. Ya de mayor, cuando ya realmente te das cuenta de que puede ser una profesión, te das cuenta de que, bueno nunca me ha llegado el pensamiento de hacer otra cosa, pero te das cuenta de que no es tan bonito como era, cuando tienes siete,ocho o nueve años. Lo único difícil para mí en esa época era dormir mal a lo mejor algunos días. Ya después te das cuenta de que no es tan bonito ni tan divertido, ni hay tantos besos ni tantos regalos, sino que hay que trabajar. Trabajar a diario para poderte consolidar. Eso me motivó mucho para seguir trabajando, con el apoyo de mi familia y mis amigos. La verdad que nunca tuve pensamiento de abandonar. Veía que la música me atraía y me apasiona por supuesto. No sé que otra cosa hubiera hecho si no hubiera sido bailaor. Nunca lo he pensado pero me siento bastante cómodo. Es una forma de exponer y desarrollar lo que es tu interior.
-¿Es para usted una forma de ser o de sentir más que una profesión?
—Exactamente, creo que lo define muy bien.
-¿Qué referentes musicales tenías al principio y qué referentes tienes ahora en el mundo del flamenco?
—Yo soy muy ortodoxo en el baile, aunque utilicemos distintos instrumentos, como en este caso el violín en ‘Lorca muere de amor’. Siempre tengo el referente de los mayores, de Antonio el bailarín, Antonio Gades, Manolete de Granada, Matilde Coral de Sevilla. Aunque eran artistas que yo poco he podido ver, han seguido la escuela del flamenco y es la escuela que he tenido y sigo teniendo, porque nunca dejamos de aprender y de hacer cosas. Yo sigo en esa línea, un poco más a lo ortodoxo.
-Ahora en septiembre, ‘Lorca muere de amor’ sigue su gira por Puerto Rico y por Miami. ¿Qué más proyectos tienes entre manos en estos momentos?
—Sobre todo queremos expandir el espectáculo a los Estados Unidos. Para eso estamos preparando una gira para el próximo año, y estamos preparando una gira por la costa Este y la costa Oeste de los Estados Unidos, a partir de marzo. También iremos a Uruguay y a Argentina. Estamos preparando una gira para mostrar este espectáculo en los mejores teatros y las mejores ciudades del mundo que es nuestra intención.
-¿Cómo te gustaría verte dentro de diez años?
—Sobre todo me gustaría verme joven (risas), sobre todo con esa ilusión, que creo que es lo más importante para una persona creativa, y también continuar disfrutando de esta música tan bonita como es el flamenco.
-Ya por último, ¿Cómo ves el panorama actual del flamenco aquí en nuestra comarca del Campo de Gibraltar? ¿Hay buena cantera en este sitio del que han salido grandes figuras del flamenco?
—El Campo de Gibraltar siempre fue nido de buenos profesionales y de buenos artistas. La cantera siempre es buena. En el Campo de Gibraltar hay buena cantera, incluso en Gibraltar también hay buena cantera. Hoy en día con tantos avances como hay, con tanta televisiones y información, y internet, es mucho más fácil el aprendizaje, además también de tener tus propios maestros. Creo que hay muchos jóvenes a los que le apasiona el flamenco, y creo que estamos en un momento bueno.
