Dos orejas y un rabo se repartieron los diestros Juan José Padilla, David Fandila "El Fandi", José María Manzanares y Alberto López Simón en la triunfal corrida de ocho toros celebrada este sábado en localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda.
FICHA DEL FESTEJO.- Cuatro toros -primero, segundo, séptimo y octavo- de Garcigrande, desiguales de presentación y, salvo el extraordinario segundo, deslucidos por su falta de casta; y otros cuatro -tercero, cuarto, quinto y sexto- de El Torero, más aparentes, encastados y de excelente comportamiento, sobre todo el quinto, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Juan José Padilla: casi entera (dos orejas); y estocada ligeramente tendida (dos orejas y rabo).
David Fandila "El Fandi", que sustituía a Roca Rey: pinchazo y estocada trasera (oreja); y estocada tendida (dos orejas).
José María Manzanares: pinchazo y estocada y gran estocada (oreja); y estocada contraria (dos orejas).
Alberto López Simón: dos pinchazos y estocada tendida (ovación); y estocada baja (dos orejas).
La plaza se llenó hasta la bandera, con el cartel de "no hay billetes" puesto en taquilla desde hace días.
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ALUVIÓN DE OREJAS EN CLIMA TRIUNFALISTA
Abrió la tarde un toro regordío y falto de casta al que Padilla muleteó por ambos pitones alargando las cortas embestidas del "garcigrande" en una faena de lo más voluntariosa y rubricada a la primera con la espada. Dos orejas ya para abrir boca.
El quinto fue un toro de dulce de El Torero, bravo y enclasado en el último tercio con el que el "Ciclón de Jerez" anduvo tan entregado como comunicativo en una labor templada, rotunda y de muchísimo calado en los tendidos. Mató a la primera y obtuvo los máximos trofeos de un astado premiado con la vuelta al ruedo póstuma en el arrastre.
El Fandi, que entró en el cartel a última hora para sustituir al peruano Roca Rey, cogido el pasado jueves en Málaga, sorteó en primer lugar un astado de anovilladas hechuras, que, sin embargo, tuvo muchísima clase en la muleta, tomando los engaños por abajo y haciendo "el avión".
El granadino, fiel a su guión, se mostró variado con el capote, explosivo en banderillas y, muleta en mano, aunque primó siempre la cantidad sobre la calidad, extrajo algún que otro muletazo templado y de buena firma. Le faltó contundencia con los aceros y cortó una oreja.
El sexto fue otro buen toro de El Torero con el que El Fandi volvió a deleitar a los tendidos con hasta cuatro pares de banderillas. En el último tercio lo más destacado fue el inicio de faena de hinojos del granadino, que volvió a tirar de "efectos especiales" para cortar las dos orejas.
El primer toro de Manzanares fue un ejemplar de El Torero encastado y exigente, con el que el alicantino no llegó a confiar en ningún momento en una faena que nunca llegó a despegar, sobre todo, por las precauciones que siempre mantuvo el hombre, que, no obstante, logró un apéndice un tanto generoso.
El séptimo fue todo lo contrario, un toro manso que apretaba para los adentros, con el que Manzanares se inspiró en dos tandas -una por cada pitón- de mucho empaque y especial aroma. El toro se echó a la mitad de faena, pero el alicantino logró levantarlo para despacharlo de una estocada contraria. Aquí cayeron las dos orejas.
López Simón no acabó de hacerse con la situación frente a su primero, toro encastado y con movilidad, al que el joven espada madrileño instrumentó una labor un tanto deslavazada y en la que se dejó tropezar demasiado los engaños. No mató tampoco bien y fue ovacionado.
El octavo fue un "garcigrande" muy deslucido con el que López Simón tuvo que ponerse el mono de trabajo para lograr una faena de muchísima entrega y que, con lo barata que estaba siendo la tarde, fue premiada con las dos orejas.