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Sábado 23/11/2024
 

San Fernando

240.000 firmas contra la reválida llegan al Ministerio de Educación

Isidoro Martínez y sus compañeros han entregado en Madrid la voluntad por escrito de un cuarto de millón de personas contra una parte de la Lomce.

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Salieron de San Fernando en la noche de este martes en autobús para estar a las ocho de la mañana en las puertas del Ministerio de Educación. Transportaban lo conseguido con mucho esfuerzo pero con mayor altura de miras, por cuanto en las cajas que tenían en sus manos estaba la voluntad de 240.000 personas que han firmado contra la reválida.

Isidoro Martínez y otras compañeras, junto a familiares, han dejado la imagen del día a las puertas de este ministerio que toma decisiones sin consultar, no ya con los alumnos, sino con los docentes y que gracias a la mayoría absoluta de la que gozó el Partido Popular aprobó una Lomce que no gusta más que a una parte de la sociedad, minoritaria, y que todos los partidos políticos salvo el PP han prometido derogar cuando haya gobierno. Si es que no hay que recoger firmas también para que haya gobierno.

Todo se ha hecho a través de la plataforma de peticiones ciudadanas Change.org en la que Isidoro inició esta campaña de recogida de firmas junto a otros compañeros de tercero de la ESO con el objetivo de trasladar al ministro de Educación, Íñigo de Méndez de Vigo, su desacuerdo con el sistema de las reválidas.

En su petición, como ya informó este medio, Isidoro argumenta que "a partir de 2018, si un alumno aprueba los cuatro cursos de la ESO, incluso con buenas notas como es mi caso, no obtendrá el título de esta etapa educativa hasta no aprobar una reválida final, que constará de siete asignaturas. Si no se aprueba esta reválida, sólo podremos optar a hacer la FP Básica, es decir, se nos cierran las puertas de la FP de grado medio y del Bachillerato"

"Lo mismo ocurre en el Bachillerato. Aquellos que suspendamos la prueba al final de este ciclo, aunque hayamos aprobado los dos años de este ciclo, no podremos acceder a la Universidad", concluye el joven isleño, que se pregunta qué clase de sistema educativo es este en el que se decide el futuro "únicamente en función de los resultados en un par de pruebas".

Misión cumplida. ¿Quién dijo que los jóvenes no están comprometidos con su futuro? 

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