José María Moreno Cascajosa, de 52 años, ha reconocido hoy en un juicio con jurado popular que se celebra en Sevilla que hace justo un año mató con un cuchillo a su mujer, de la que estaba separado desde hacía dos meses, tras lo cual le dijo a un vecino que lo hizo porque "si no es para mí, no es para nadie".
El acusado, entre sollozos, ha dicho que le dio una sola puñalada en el corazón en la vivienda de ambos de Marchena (Sevilla), que ella había abandonado hacía dos meses y a la que acudía a diario a hacerle la comida a su expareja porque "no quería dejarlo tirado como a un perro", ha asegurado otra vecina.
Antes de la agresión mortal, la pareja discutió porque él le pedía una explicación de por qué ella había dejado la casa, luego él le dio varios golpes en la cabeza con la mano abierta y después cogió un cuchillo con el que se había preparado un bocadillo y se lo clavó en el pecho con intención de matarla, según ha declarado.
"No estaba en mi juicio" y "tenía la cabeza que me iba a explotar", ha dicho el acusado, quien ha afirmado que sabía que su mujer, de 42 años, mantenía otra relación sentimental.
Tras matar a su mujer, ha afirmado que se clavó el cuchillo en el tórax, lo que le hizo sangrar pero no le impedía moverse ni hablar, y avisó a los vecinos, a los que dijo que la apuñaló porque "me ha engañado y ella es lo que más quiero".
"Por supuesto que me arrepiento", ha afirmado el acusado a preguntas de la Fiscalía, tras lo cual uno de los dos hijos de la víctima que tenía en común con el agresor, de 19 años, ha hecho una exclamación de rechazo en la sala.
Los vecinos a los que avisó, que han declarado como testigos, fueron a la casa, vieron a la mujer sentada en una silla en la cocina taponándose la herida, de la que manaba sangre a borbotones, y diciendo "me asfixio, no me dejes sola", según la vecina, a la que había contado sus problemas conyugales.
La vecina ha asegurado que la víctima llevaba 16 años de crisis de pareja "pero nunca daba el paso para divorciarse", que su marido le espiaba en su trabajo y le miraba sus mensajes del móvil, que llegó a romper para que no siguiera controlándole.
El marido de esta vecina, por su parte, ha dicho que el acusado, tras la agresión, estaba "tranquilo" y fumando un cigarro, ya ha explicado que taponó la herida de la mujer con papel durante veinte minutos y que la sangre que estaba en el suelo llevaba entre cinco y diez minutos allí.
Otra vecina que estaba en la azotea ha afirmado que oyó gritos de la mujer, que gritaba "no Moreno, no Moreno", que es el apellido del acusado y es como se le conoce en el pueblo, y luego vio a la víctima sangrando y al acusado "tranquilo".
El acusado, que no había declarado hasta ahora en este caso, se enfrenta a una petición de 15 años de cárcel por homicidio doloso por parte de la Fiscalía, mientras que la Junta de Andalucía, que se ha personado porque considera que "la sociedad debe perseguir este tipo de conductas", eleva su solicitud a 20 años de prisión por asesinato.
La acusación particular solicita 13 años de cárcel y la defensa, que es de oficio y cuyo letrado ha dicho que conocía a la víctima porque le llevó un pleito de tráfico hace siete años, pide cinco años de prisión por homicidio con atenuantes.