El avión, un Airbus 310-300 que había partido de Saná a las 18.45 hora local (15.45 GMT), donde había llegado procedente de París, se precipitó cuando se encontraba a sólo 30 minutos de su destino, el aeropuerto internacional de Moroni, la capital de las Islas Comoras.
El Gobierno yemení, a través del vicepresidente de la aviación civil de este país, Mohamed Abdelrahman Abdelqader, confirmó el rescate de al menos un superviviente, aunque no facilitó su identidad, y añadió que se habían localizado varios cadáveres.
Aún se desconocen las causas que provocaron el accidente, aunque el funcionario de las autoridades de aviación de Yemen confirmó que en el momento del siniestro arreciaba una tormenta y que el viento soplaba a 61 kilómetros por hora.
El avión perdió el contacto con la torre de control a la 01.51 hora local (22.51 GMT), cuando se preparaba para el aterrizaje, dijo Abdelrahman Abdelqader.
Varios helicópteros y dos embarcaciones de guerra francesas trabajan en la zona en busca de supervivientes y restos del aparato.
De las 153 personas que viajaban a bordo del avión, once eran miembros de la tripulación: seis yemeníes -el piloto, el copiloto, un técnico y tres azafatas-, dos marroquíes, un filipino, un etíope y un indonesio.
Además había 54 ciudadanos de nacionalidad comorense, 26 franceses, un palestino y un canadiense, según Abdelrahman.
Sin embargo, el secretario de Estado de Transportes francés, Dominique Bussereau, afirmó que la aeronave transportaba a 66 personas de nacionalidad francesa.
Por su parte, la directora del departamento de Solidaridad del Gobierno comorense, Fatima Hach Abdala, en declaraciones al canal qatarí Al Yazira cifró el número de personas a bordo del avión en 158 y aseguró que hasta el momento habían sido recuperados siete cuerpos sin vida.
Bussereau, desveló hoy que la Dirección General de Aviación Civil francesa (DGAC) había constatado "cierto número de defectos" en el avión siniestrado, de la compañía Air Yemenia.
La aeronave "había sido controlada por la DGAC en Francia en 2007", cuando se hallaron los defectos según declaró el responsable francés a la cadena de televisión "i-Télé".
La compañía yemení explotaba el avión desde octubre de 1999, según un comunicado difundido por Airbus, en el que el constructor aeronáutico europeo precisa que el avión salió de la cadena de producción en 1990.
Según el fabricante, el aparato contaba con 51.900 horas de vuelo en 17.300 trayectos.
Airbus afirmó que proporcionará toda la ayuda necesaria a las autoridades y a los expertos de la Oficina de Investigación y Análisis francesa encargados de esclarecer el accidente.
El accidente sufrido hoy ocurre casi un mes después de que otro Airbus, un A-330 de Air France con 228 ocupantes, cayera al Atlántico cuando volaba de Río de Janeiro a París, el 1 de junio.
En ambos casos, una parte sustancial de los ocupantes eran ciudadanos franceses: 61 en el avión de Air France y entre 26 y 66 en el accidente de Air Yemenia, según distintas fuentes.
Desde 1990 se han registrado al menos veinte accidentes graves con aviones Airbus en el mundo y en cinco de ellos la cifra de muertos superó los 200.
El más grave ocurrió el 26 abril de 1994 cuando 264 personas fallecieron al estrellarse un A300-600R de la compañía taiwanesa China Airlines en el aeropuerto de Nagoya (Japón).