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Miércoles 06/11/2024
 

Jaén

“Un dibujante tiene que saber transmitir”

Defensor del cómic y del humor gráfico como medio para interpretar la vida, transmitir y comunicar, Arturo Molero es un dibujante en continuo...

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  • Arturo Molero. -

El dibujante Arturo Molero Cabanes (Jaén, 1972) no sabía aún leer cuando ya interpretaba  las ‘historietas de la vida’ a través de los cómics. Mortadelo y Filemón despertaron en él la curiosidad de un niño que ya apuntaba maneras con el dibujo y que hoy firma  como Art Molero.  “Me gustaba tanto el cómic que quería ser Ibáñez.  El humor gráfico ha sido mi excusa para transmitir”, dice este autodidacta y comunicador.

Siempre tuvo “inquietudes artísticas”, pero ahora no se considera un artista. “La palabra artista me merece tanto respeto, que utilizarla me provoca pudor”, reconoce un hombre modesto que en el gremio es considerado como un genio y que siempre ha luchado por dignificar el cómic. “La industria del cómic siempre ha estado en crisis y así seguirá mientras se siga regalando el trabajo”, apunta Molero, que tras muchos años de esfuerzo, ahora puede decir que se dedica a su carrera como dibujante. Siempre ha sido un hobby. “Sería mi profesión si pudiera vivir de ello.

Contar historias a través del humor gráfico me ha dado más satisfacciones que cualquier otro trabajo”, comenta. Y lo dice un hombre que se sigue buscando la vida como trabajador, pero que encontró su hueco en el mundo de la tinta y del papel, que con diez años ganó su primer concurso y que en 1994 expuso con ‘El Jueves’.

En constante evolución, Molero ahora se exige más y su técnica es más cuidada. No dibuja todos los días, pero sus rotuladores siempre le acompañan. Son sus armas y con ellas dispara pensamientos, sentimientos y críticas. Siempre ha tenido claro que sus historietas gráficas tienen que denunciar. Reconoce que una de las más difíciles fue la de los atentados de Bruselas y París. “Este tipo de dibujos te salen del corazón”, dice. Con sus viñetas apoyó a los compañeros de Charlie Hebdo y denunció el atentado. “Nuestra obligación  es denunciar lo que pasa, aunque ahora lo tenemos más difícil que cuando había censura”, dice. Pero sus ‘monigotes’, como él los califica, dicen mucho por su elegante agudeza.

Es socio de FECO España, Tebeosfera y ‘Viñeta 6’, la primera Asociación Provincial de Dibujantes de Cómic de Jaén. Con ésta dirigió  los Encuentros con El Cómic en Jaén. Fue presidente de 2009 a 2013 y ahora le han propuesto volver a la junta directiva, algo que no le convence, aunque le entristece la “crítica situación” por la que está pasando la Asociación, sin presidente. “Con Viñeta 6 mi objetivo fue acabar con los egos y trabajar en equipo”, dice un hombre satisfecho con su labor. “Supimos transmitir a la sociedad lo que nos fascinaba, sin ponernos objetivos tremendos”, dice. 

Pudo conocer a gente a la que admiraba y hoy son muchos los que le reconocen a él en Jaén y fuera.

Trabajar en casa es un lujo para este creador y en su hogar encuentra a su mejor crítica, su  hija mayor. “Dibuja mejor que yo a su edad. Me doy cuenta de que el mensaje llega porque con ocho años lo sabe interpretar”, reconoce Molero. Entre otras, les muestra las viñetas que  publica los domingos en Diario Jaén, una puerta que le abrió Juan Carlos Contreras, al que siempre estará agradecido. Ahora él se la abre a otros humoristas gráficos. “Lo justo es abrir puertas. No me creo competencia de nadie. Ser así me ha hecho tener muchos amigos y aprender de todos”, valora un hombre cuyos últimos trabajos se pueden ver en ‘ArtCázar’, una exposición a la que lo invitó quien hoy lo ilustra, Elena Yáñez.

Asegura que “todo el que sabe escribir, sabe dibujar porque las letras son dibujos”, pero se pone serio al reconocer que “ahora parece que todo el mundo es humorista”, refiriéndose a los ‘memes’, que “en ocasiones plagian los dibujos y textos de viñetas de humor gráfico”.

Ha participado en más de 50 exposiciones colectivas en España y en otros países  gracias a concursos. “Clasificarte es ya un premio y exponer, más”, dice un creador que tiene una espina clavada y es  publicar  un libro recopilatorio. “Me gustaría que me lo propusieran”, termina.

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