El consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, ha anunciado que el caladero de la chirla del Golfo de Cádiz volverá a contar con luz verde para la actividad marisquera el próximo día 1 de julio tras recuperar el 60% de sus posibilidades. Según Sánchez Haro, que ha recordado que la prioridad de la Junta es volver a situar al caladero al 100% de su rendimiento, "queremos dar un voto de confianza a los profesionales del sector, que han hecho un enorme esfuerzo en el marco de una situación muy difícil”.
Los informes de seguimiento que realiza el Instituto Español de Oceanografía (IEO) han constadado que se está recuperando el recurso desde que se decretara la prohibición de su captura y comercialización el pasado 3 de diciembre. No obstante, el objetivo, “irrenunciable”, es alcanzar el 100% de la biomasa que fija el Rendimiento Máximo Sostenible, por lo que, “al mismo tiempo, vamos a tomar todas las precauciones que sean necesarias para lograrlo”, ha apostillado.
La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural trabaja ya, de hecho, en el diseño de un plan de gestión que se dividirá en dos fases de actuación: la primera, hasta que se recupere el 40% que resta del recurso, y la segunda, una vez conseguido, dirigida a garantizar la sostenibilidad ambiental y económica del caladero. Con este fin, durante la primera se establecerá un Total Admisible de Captura para la chirla que vendrá acompañado de una limitación de la actividad por horas, un tiempo en el que, además, según ha aseverado Sánchez Haro, “contaremos con unos indicadores sobre la evolución de la pesquería que nos permitan tomar las medidas oportunas en el instante en el que se detecte el más mínimo signo de alerta”.
Ya en la segunda etapa, para lo que, pese a que se ha verificado la presencia de muchos ejemplares que pronto podrán incorporarse también a la población susceptible de captura y comercialización (25 milímetros), podrían transcurrir todavía entre 12 o 18 meses, se aumentarán las posibilidades extractivas. Éstas se adaptarán a las nuevas circunstancias, “pero, eso sí, sin apartar la mirada ni un segundo de la meta que todos, administraciones, sector y la propia ciudadanía, hemos de compartir, que es la conservación”.
El titular de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, quien ha anunciado que en torno al mes de septiembre se constituirá un grupo de trabajo técnico con representantes del sector para estudiar, de manera consensuada, las distintas medidas a implementar en esa última fase, ha hecho un llamamiento también a la concienciación de la ciudadanía, en la medida en que, “si nadie compra chirla u otras especies marisqueras fuera de los canales reglamentarios y sin la talla mínima, tampoco nadie la capturará de manera ilegal”. Sánchez Haro ha añadido, en este sentido, que no sólo está en juego la continuidad de una actividad profesional de la que dependen cientos de familias, sino también la propia salud del consumidor, por el riesgo que entraña la compra de bivalvos al margen de la línea de trazabilidad y, por ende, no sujetos a control sanitario alguno.
El cierre del caladero
El consejero ha reiterado que la decisión de proceder al cierre del caladero de la chirla del Golfo de Cádiz “fue dolorosa, aunque también imprescindible” ante un “incumplimiento sistemático de la normativa que comprometía muy seriamente la supervivencia del recurso por su sobreexplotación”. Asimismo, ha subrayado que “ahora toca poner, entre todos, los mimbres para que esto no vuelva a ocurrir, y los vamos a poner, porque si hacemos bien las cosas en el presente tendremos futuro para el sector”, ha sentenciado Sánchez Haro.