La lista de pinturas rupestres afectadas por actos vandálicos o una deficiente protección es amplia.
El director del Instituto de Estudios Campogibraltareños cita algunas de las que han sido gravemente dañadas.
Entre ellas, por ejemplo, menciona la cueva de Atlanterra, actualmente en proceso de ser protegida mediante unas rejas “pero los daños en forma de raspaduras han sido importantes”.
También hace referencia a la Cueva del Moro, en Tarifa, uno de los yacimientos más importantes. También la de ‘El Barranco del Arca, por raspaduras y pintadas.
Igual mala fortuna sufrió la ‘Cueva de las Palomas 1”, dañada por “visitantes sin escrúpulos”. Hay que lamentar de igual forma la ‘Cueva del Maquis 3’, con “daños enormes”. Otro caso, que además fue denunciado varias veces, fue la ‘Cueva del Pajarraco’, en Los Barrios. “Está agrietada debido al dinamitado que se hizo en los ochenta para realizar obras de acceso al pantano de Charco Redondo”, señaló Sáez. “Su panel principal está absolutamente agrietado”, añade. “Esta cueva tiene un ciervo semiesquemático herido por un arquero, manando sangre del pecho, que es una representación bastante inaudita”, apunta el profesor, que lamenta que haya tres grietas que fragmenten esta infrecuente escena.
Las pinturas de Bacinete son otras de gran importancia: “son lugares absolutamente sin parangón. Deberían tener más atención de la que tienen, con más actuaciones, porque es posible. El daño es incalculable. Cada uno de ellos es un trozo irremplazable”.
Respuestas
Reconoce Sáez que las medidas de urgencia son costosas per a la vez contrapone que “estos elementos de representación pictórica, o grabados, son imposibles de calcular”. “Tendrían que compararse con el cuadro más importante del Museo del Prado, con una obra clásica, con un Velázquez, con un Goya. Seguramente nos quedamos cortos”, compara. Y lanza un análisis contundente: “y aún así no hay el nivel de reacción que debería haber”.