Por motivos desconocidos, el joven disparó contra su familia cerca de Ajaccio, capital de esa isla mediterránea, y vagó después 24 horas por el sur de la ciudad, hasta que confesó el crimen a un amigo, que avisó a la Gendarmería.
El chico, cuya identidad no ha trascendido, se declaró culpable ante la Gendarmería del cuádruple asesinato, aunque no explicó el por qué de sus actos.
"No era un conocido de los servicios policiales, vivía con sus padres en una familia, aparentemente, sin problemas", explicó un portavoz de las fuerzas de seguridad.
La misma fuente, que señaló que el chico está "muy cansado y sorprendido", explicó que los investigadores hallaron los cuatro cadáveres en el domicilio familiar y trabajan ahora para corroborar la declaración del adolescente y elaborar su perfil psicológico.
Este suceso se produce después de que el pasado miércoles una mujer de 39 años confesara haber ahogado en la bañera a sus dos hijos, Lisa de 3 años y Teddy de 2, para, según su versión, “protegerles de amenazas de la mafia”.
Fue el padre de los pequeños el que descubrió los cadáveres en la bañera del domicilio familiar.