El estado actual que presenta buena parte de los edificios históricos de la ciudad está a la vista de todos, no necesita de artículos que denuncien su dejadez, es más que visible su nula conservación por más que desde los diferentes órganos sociales o municipales alenten en medidas para revertir su situación actual.
De entre los que necesitan de una actuación urgente y de las que a buen seguro necesitarán de varias administraciones supralocales implicadas, es la Basílica Menor de los Milagros, la Prioral. Su estado lamentable lleva años reclamando de una atención urgente que revierta la preocupante realidad de un edificio que necesita de medidas concretas para su arreglo.
Declarada Bien de Interés Cultural en 1982, su estado de conservación es calamitoso, delicado y penoso.
El primer templo portuense reclama de actuaciones que le hagan recuperar el esplendor y grandeza que posee en un edificio que más allá del sentido religioso que naturalmente tiene, históricamente hablamos de una pieza fundamental para entender la historia y sentido -en lo estríctamente literal- de la ciudad de El Puerto. La fachada y la piedra en sí refleja la crudeza del paso del tiempo y la nula atención requerida ante un desgaste que no ha tenido actuaciones concretas para frenar y mejorar el aspecto.
Joya arquitectónica
La construcción de la Prioral, en sus inicios, data de 1.486, coincidiendo con la etapa de apogeo constructivo que fomentan los Duques de Medinaceli, señores jurisdiccionales de la villa y promotores de esta obra. Como la mayoría de los edificios de la zona y la propia catedral de Sevilla, el templo está construida con piedra arenisca procedente de las canteras de la Sierra de San Cristóbal, de la que se abastecieron muchas obras portuenses.
De su valor inigualable hay que destacar los nombramientos otorgados en los últimos años. En 2013 se convirtió en Santuario Diocesano y en octubre de 2014 el primer templo portuense fue elevado a la dignidad de basílica menor por el Papa Francisco, siendo consagrado como tal el 25 de enero de 2015.
La Aurora suma ya cuatro años cerrada
Adyacente a la Basílica se encuentra la Capilla de la Aurora, que suma ya cuatro años desde que cerrará sus puertas ante el estado ruinoso que presentaba. La cubierta interior de madera estaba en mal estado y presentaba serios riesgos de desprendimiento, por lo que se determinó en 2014 clausurar la Capilla, la que era sede de la Hermandad de la Humildad y Paciencia allá por el año 1871.
Antes acogió a la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario de la Aurora. La Capilla fue sede en el siglo XVIII de un importante centro de estudios de filosofía, teología, arte y gramática.
Ésta posee en su nave central como su cúpula de media naranja motivos florales y geométricos en su decoración. Llegó a ser el primer archivo municipal, albergando los primeros escritos y libros antes de pasar al edificio de San Luis Gonzaga.