Málaga expresó ayer su solidaridad con la familia de la niña de 6 años arrojada el martes desde un sexto piso, con una concentración a las puertas del Ayuntamiento a la que han asistido miembros de la corporación municipal y de los servicios de emergencia que acudieron al domicilio.
El minuto de silencio ha finalizado con un aplauso por parte de los asistentes a la concentración, que han condenado la muerte de la pequeña, a la que un amigo de la familia tiró por la ventana de la vivienda en la que estaban, y luego se arrojó él, según las primeras investigaciones policiales.
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha dicho que los participantes en el acto “están con la familia”, de la que hoy (por ayer), todos se sienten “parte” y ha confiado en que “tengan la capacidad de reaccionar”. De la Torre ha explicado que el Ayuntamiento ha ofrecido apoyo psicológico a la familia y ha deseado que “superen este trauma tan brutal que ayer les desolaba”.
Por su parte, la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, ha expresado sus condolencias y el dolor del Gobierno ante “una muerte tan trágica” y ha añadido que siempre lo es en el caso de una menor pero que en estos “casos difíciles de comprender”, más aún.
En cuanto a la investigación, ha indicado que se centra en el autor de los hechos, un hombre de 50 años que después de arrojar a la menor se precipitó al vacío, con el fin de averiguar “qué antecedentes pudiera tener en temas de salud mental”.
“Unos sucesos tan extraordinarios y tan incomprensibles invitan a pensar que algo pudiera suceder en el trastorno conductual o de salud mental”, ha dicho Gámez, aunque “aún no tenemos nada concluyente” sobre antecedentes en ese sentido, por lo que se continuará investigando para “poder arrojar un poco de luz y poder comprender”.
No obstante, ha añadido: “lamentablemente, muchos sucesos trágicos por mucho que consigamos información nunca serán comprensibles y un poco insondables las razones de alguien para hacer esto; ya que no las hay nunca”.
