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Sanlúcar

"El V Centenario debería servir para poner a Sanlúcar en el s.XXI"

Entrevista a la presidenta de la Fundación Casa Medina Sidonia, Liliane Dalhman, sobre su implicación en la conmemoración de la I Circunnavegación

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  • Liliane Dalhman. -
  • “Me gustaría que el V Centenario sirviera para reflexionar sobre la globalización”
  • “La digitalización del Archivo contribuiría a la globalización del saber”
  • “La Fundación es el fiel reflejo de una persona que creyó en un mundo mejor y en la globalización de la ciencia y el saber”

La Fundación Casa Medina Sidonia es una de las entidades que forma parte de la Comisión local para la conmemoración del V Centenario. Con su presidenta, Liliane Dalhman, repasamos las aspiraciones de la institución para este evento, los proyectos y objetivos de la casa que encierra el mayor archivo privado de Europa.

“Hay que unir esfuerzos y eso, desde mi punto de vista, a nivel asociativo en Sanlúcar, no se está haciendo”

¿Qué supone para la Fundación Casa Medina Sidonia ser parte activa de la conmemoración del V Centenario de la I Vuelta al Mundo?

—No olvidemos que la Fundación se convierte en el eje central de la reflexión de lo que ha supuesto y sigue suponiendo la circunnavegación. Parte por la propia historia de la casa, de los duques, el III y IV duque, que es el periodo que acoge esta hazaña, y también porque está aquí el Archivo histórico que nos remonta a este hecho histórico.

¿En qué medida vienen contribuyendo a la previa de esta conmemoración?

—Hemos organizado varios seminarios, junto con La Sorbona y la Universidad de Sevilla en torno al concepto de reflexión de intercambio de ideas de un mundo que se globalizó hace 500 años. En esa reflexión, de lo que supone encontrarse con otros mundos, formas diversas de religión y modos de pensar... eso es lo que se ha debatido. Porque no es sólo el hecho económico y comercial, que ya de por si es importante, pero hay otro, desde el punto de vista filosófico y de la mente, que nos interesa muy especialmente. Y  luego, los historiadores que han venido o están todavía aquí investigando en torno a esta conmemoración.

¿Cuál es el papel que desarrolla la Fundación Casa Medina Sidonia dentro de la Comisión local para la Conmemoración de la I Vuelta al Mundo?

—Junto con el Ateneo de Sanlúcar, Puerta de América y la Asociación de Pymes, fuimos elegidos para formar parte de esta comisión. Esta comisión está limitada, como todas, por el aspecto económico. Es verdad que hemos dado acogida a todos los proyectos que se han presentado, pero algunos se escapan a nuestra competencia. Son inasumibles desde el punto de vista económico, pero vamos a intentar elegir los proyectos que sean asumibles y que puedan redundar tanto desde el punto de vista económico como cultural, en la sociedad sanluqueña. Pienso que con esto está cubierta nuestra función. Cómo presidenta de la Fundación, ¿qué le gustaría que se llevara a cabo para conmemorar esa efeméride? —Aparte de algunos proyectos de los que se han presentado, me gustaría que sirviese para que el hombre reflexionase en torno a lo que significó en un momento determinado que los mundos se uniesen, que, de repente, nos olvidásemos de que sólo existía una religión, sino que había infinidad de ellas, que el cielo no es único, que donde se pone el sol, en otro lado nace el día...En torno a ese concepto ¿qué significa hoy en día formar parte de un mundo globalizado?  Que sirviese para Sanlúcar esa reflexión y que también, evidentemente, Sanlúcar participase, a nivel general y global del aspecto económico que pueda suponer en cuanto a la mejora de infraestructuras y de una serie de servicios de índole social. Ya, con eso, estaríamos contentos.

¿Qué proyectos han impulsado ustedes?

—Hemos presentado, sabiendo evidentemente que hay muchos proyectos, el de la digitalización del Archivo ducal. Creo que contribuiríamos a la globalización del saber, desde el punto de vista de la ciencia y la historia. Es un gran proyecto para el que hemos firmado un convenio con la Junta de Andalucía y espero que se sume el Ministerio de Cultura. Creo que ese es el gran proyecto, aparte de algunas exposiciones itinerantes, que espero poder realizar junto al Ministerio de Cultura para que las escuelas se acercaran... Me gustaría hacer una exposición de los facsímiles del Archivo, pero todo dentro de este gran proyecto.

Se han dado ya pasos en la digitalización del Archivo, pero ¿qué porcentaje queda?

—Queda todo. Estamos hablando de seis millones de documentos, ya digitalizados miles de ellos, pero es un grano de arena en ese desierto. Todavía está todo por hacer. Además, la importancia que va a tener es que se van a subir los índices en Red. Adaptar esos índices a las nuevas descripciones actuales de las normas ISAD (G), va a ser la gran contribución de la Fundación Casa Medina Sidonia a esa conmemoración.

¿Va a conllevar también una mayor apertura de la Fundación, del Archivo, a la ciudadanía? Porque queda la sensación de que no se valora en Sanlúcar lo que encierra este Archivo...

—No se valora cuando la gente desconoce algo, pero no será por falta de voluntad nuestra. Cuando yo llegué aquí en el 82, el Archivo ya estaba abierto. Es verdad que en unas condiciones un poco precarias, en el sentido del horario, cosa que cambió totalmente en el año 90, cuando ya se convierte este patrimonio en Fundación y ya hay un horario reglamentado, de 9 de la mañana a 3 de la tarde. Está abierto a la investigación y de hecho recibimos cientos de investigadores al año. Pero es verdad que también la casa, sigue siendo el gran desconocido de Sanlúcar y no entiendo bien por qué. No lo sé. En algún punto habremos fallado. Participamos en jornadas de puertas abiertas, he enseñado el archivo a colegios, universidades... A veces el archivo parece algo lejano porque es para especialistas, no todo el mundo puede acceder a esa información porque primero hay que saber paleografía y eso aleja al hombre de la calle, pero para eso están los historiadores y sus trabajos para difundir lo que se está haciendo. El año pasado se leyeron tres tesis sobre investigaciones en el Archivo, que es bastante.

¿En qué situación se encuentra ahora la Fundación en cuanto a las demandas por la herencia de doña Luisa Isabel Álvarez de Toledo?

—La Fundación sigue adelante. Es verdad que habrá unos derechos por parte de los herederos de doña Isabel, que habrá que ver cómo se compagina la institución pública con aspectos privados. Ahora mismo está en un momento de impasse y que los abogados y las instituciones tendremos que resolver.

El respaldo institucional que hayan podido tener desde las administraciones, ¿es una garantía a la continuidad de la labor de la Fundación?

—Por supuesto. Sin ese respaldo no podríamos nosotros seguir, tanto por parte de Diputación, que recibimos subvención como de la Junta de Andalucía y el Ministerio de Cultura, desde el primer momento han sido conscientes de la importancia de esta institución .Por eso, cuando se habla “es que la viuda...” Perdone, yo no soy solo el Patronato, en el Patronato hay cuatro administraciones, que tienen una gran voz y el mayor peso de la Fundación. Yo me limito a ser una transmisora entre los deseos de doña Isabel y las administraciones actuales. Yo no hago más que cumplir con lo que a mi se me encomendó.

Ya que la menciona, no sé si en algún momento, la duquesa planteó la conmoración de este V Centenario o trabajó en algún proyecto vinculado.

—Isabel siempre trabajó, desde el punto de vista del pensamiento, en lo que  es la mundialización del saber. Era muy consciente de que lo que hoy se llama la historia actual, mundial, debe ser conocida y divulgada a la mayor parte de la sociedad y el mundo. Siempre trabajó para ello. Y por eso también catalogó el archivo y fundó la Fundación. Esta Fundación no es el capricho de una persona que se despierta y dice “voy a hacer una Fundación para fastidiar a”. No, no. Y ahí están los documentos que lo prueban y que en su día saldrán a la luz. Fue una mujer consciente de que este patrimonio no era exclusivo ni de ella ni de su familia, sino que este Archivo lo había generado la sociedad donde los duques habían gobernado o fueron señores jurisdiccionales. Para ella fue un deber catalogarlo. No fue nada egoísta. A veces dicen: “es que lo hizo por amor”. Eso no lo haces tu por amor, lo haces por una responsabilidad hacia el mundo en el que vives. Así era Isabel. Yo he compartido ese pensamiento desde el primer momento y creo que las instituciones hoy en día también lo comparten. La Fundación es el fiel reflejo de una persona que creyó en un mundo mejor y en la globalización de la ciencia y el saber.

¿Trabajó ella sobre esa conmemoración del V Centenario?

—Si, eso ocurrió por ejemplo en el 92, cuando ella trabajó en la Comisión local sobre lo que se podía aportar desde el Archivo a esa conmemoración. Evidentemente ella no concretó nada sobre esta conmemoración en concreto pero sí que sus trabajos y sus libros van en la línea de lo que se está debatiendo ahora, sobre ¿qué significa la globalización?¿qué representó en un momento determinado que unos señores que salen de aquí con cinco naos y regresan con uno, descubren un mundo nuevo?  Isabel siempre trabajó en esos aspectos.

¿Hay algún documento en el Archivo que sea muy impactante o esclarecedor en cuanto a esta aventura?

—Hay algunos documentos que nos señalan a veces las dificultades que había a la hora de fletar los barcos, o cómo la Aduana de Sevilla se interponía en los beneficios ducales que en el fondo redundaban en Sanlúcar... aspectos desde el punto de vista económico, jurídico, si podemos ver en el Archivo. Informes que llegan de Nueva España, hablando de la nueva situación que se estaba produciendo en el Nuevo Mundo. Tenemos algunos informes del gobernador del Perú muy interesantes que nos describen la situación del conquistador...  Ahora hay un investigador aquí, Antonio Ollero, que sí está trabajando sobre la Sanlúcar de la Circunnavegación, o Mari Carmen Duarte, que están descubriendo cosas muy interesantes.

¿Cree que Sanlúcar tiene conciencia realmente de lo que significó la I Circunnavegación a la Tierra y del papel que jugó la ciudad en esta gesta?

—La sociedad en general, pienso que no. Pero como tampoco la tiene de qué significó llegar a la Luna. Creo que el hombre común no se plantea estas cuestiones. Simplemente participa de los avances de ellas. Si hace 500 años se logró un gran avance en la ciencia, la cartografía, el pensamiento... se ha aprovechado de esos conocimientos pero no ha reflexionado sobre ellos. Reflexionan unos pocos, esa es la triste realidad. Pero también pienso que el Ayuntamiento en concreto está haciendo un gran esfuerzo para dar a conocer lo que realmente significó. Yo creo que mucho más ahora que en el 92, cuando se puso más el acento en el tema económico. Ahora mismo creo que el Ayuntamiento, con Manuel Parodi, el delegado de Cultura, Juan Oliveros, están impulsando que llegue a la gente: a los colegios, a los niños... Se hacen muchísimos seminarios, conferencias... Ahora mismo, si la gente de Sanlúcar no se entera es porque no le da la gana, porque cosas se están haciendo.

¿Se están dando los pasos para que lleguemos a buen puerto?

—Voluntad no falta. Críticas tampoco, pero estas deben ser constructivas. No se puede decir no a todo, porque todo no está mal. Es verdad que la Comisión Nacional, cuando el PP llegó al poder lo suprimió, una lástima, porque ahora se ha retomado pero muy tarde. Todos los proyectos de cambio tienen que tener un largo plazo, no se hacen de la noche a la mañana. Creo que ahí está el gran fallo, pero algo quedará, aunque sólo sean noticias como ustedes están haciendo... Este es el problema de los grandes acontecimientos, que no pueden depender de la voluntad de un partido político. Debería de haber habido una comisión permanente. Y también que los proyectos tengan viabilidad, porque a veces hay proyectos que están sacados fuera de tiesto. Un proyecto debe ser algo que sirva a la sociedad y que sirva a largo plazo, que tenga una rentabilidad. Podía haber servido para poner a Sanlúcar en el siglo XXI, porque es cierto que todavía las estructuras son del siglo pasado, y no me refiero sólo a las arquitectónicas, sino también a las mentales.

¿Hay unidad a nivel local de cara a esta conmemoración?

—Ocurre que Puerta de América, por ejemplo, organiza sus coloquios, el Ateneo los suyos, el Círculo de Artesanos igual... pero ninguno va a los del otro. No hay un apoyo entre las asociaciones de aquí. Cada uno se escucha a sí mismo. ¿No es lógico que si el Ateneo organiza algo también vaya el Círculo de Artesanos o Puerta de América? Que haya una unión entre las asociaciones. Y no la hay. Eso a mi me choca. Algo tan importante como este tema, pues no, sólo van a lo suyo. Y eso es muy negativo para una ciudad y para el proyecto en sí, porque lo pone en solfa, se cuestiona. También a veces hay que escuchar al otro aunque no te guste, compartir ideas, unir esfuerzos. Hay que unir esfuerzos y eso, desde mi punto de vista, a nivel asociativo en Sanlúcar, no se está haciendo.

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