La defensa del imán de La Rábita (Granada) expulsado a Marruecos a principios de septiembre por la supuesta radicalización de su mensaje ha recurrido esta decisión ante la Audiencia Nacional, alegando que los hechos que se le atribuyen "no están acreditados" y tampoco ha tenido oportunidad de declarar policial o judicialmente para defenderse.
Desde que se materializara su expulsión el pasado 6 de septiembre, el imán permanece en Marruecos "sin ningún tipo de medida cautelar" en este país. "Confía plenamente en la justicia y está deseando volver con su familia" en España, donde reside desde hace 20 años y está muy integrado, según ha relatado a Europa Press su abogado, Félix Fernández.
El letrado destaca que en este caso, a diferencia de otras expulsiones similares, no se ha hecho ninguna actuación judicial ni "existe constancia de un seguimiento policial, intervención telefónica o de documentación" que respalde la expulsión.
Subraya que su cliente no ha declarado ni ante la Policía ni como investigado, y en su recurso apela al principio de presunción de inocencia para advertir de que se le están achacando una serie de hechos contra el orden público que "ahora mismo no están acreditados".
"En la resolución simplemente se dice que se está radicalizando su mensaje e incluso con un perfil violento, pero hacemos hincapié en la ausencia absoluta de pruebas y en las pruebas de descargo, como la firma de la comunidad islámica de La Rábita, que niega ese mensaje radical, o que obligara a las mujeres a llevar el niqab --velo que cubre el rostro-- cuando ni su mujer lo lleva", relata el letrado.
En este caso, "la Policía le incoó un procedimiento en junio, le imputaron una serie de hechos y se le expulsó en tres meses, el 6 de septiembre". Una vez en Marruecos, fue interrogado y quedó "en libertad sin cargos y sin ningún tipo de medida cautelar", afirma.