La alegría y la ilusión vuelven por sus fueros otra vez en el seno racinguista. Y no es para menos. Dos resultados contundentes han bastado para que donde se veían nubes, ahora se vea sol y prosperidad.
Los estados de ánimos van por barrios y si hace quince días las dudas podrían dar pie al desánimo y a la frustración de empezar a decir demasiado pronto adiós al sueño del ascenso, dos victorias, una ante el líder al que se goleó a base de un juego exquisito, y una segunda a domicilio, constató que no fue flor de un día y que este Racing Portuense apuesta inexorablemente por el ascenso de categoría.
El relevo en el banquillo y la entrada de Javier Otero como sustituto de Antonio Flor han dado la vuelta como un calcetín a una dinámica positiva, de resultados, de juego y de futuro.
Solo han sido dos partidos, dos triunfos, pero las perspectivas a la espera de confirmarlas en las próximas jornadas, han valido para acrecentar los ánimos en una hinchada que no desfallece y que entiende que es el momento perfecto para dar un golpe en la mesa y empezar a demostrar el favoritismo inicial de comienzo de temporada.
Nada como que la pelota entre y que la motivación de pie a recortar distancias con los de la cabeza. El Racing está de nuevo en la lucha por desbancar a los que le preceden, gracias también a lo compactado que está la clasificación que desde el sexto, los portuenses, con 26 puntos hasta el primero, el Xerez Deportivos, solo haya cuatro puntos. Nada.
Una distancia del todo recortable y a la mano para colocarse entre los que dan acceso al ascenso. De ahí, que el partido de este domingo se vea como un partido más que importante, además, sin olvidar, que es un derbi portuense pues se enfrentará a las 18.00 horas en El Juncal ante el filial de la Estrella Portuense, que lejos de dar la batalla en la primera vuelta, intenta ahora mejorar una incercia negativa que lo ha llevado a la cuarta posición por debajo. No hay dos sin tres.
