La Hermandad de Jesús de la Caridad ante Caifás y María Santísima de la Salud y San Eufrasio lleva tres años celebrando procesión de penitencia y como las anteriores, esta Semana Santa ha vuelto a ser histórica. La primera salida lo fue por la emoción de poner en la calle el misterio; el segundo año, por salir desde su sede canónica, la parroquia de Santa María Madre de la Iglesia; y la tercera salida, la de este 15 de abril, porque la Hermandad estrenó su paso, tras dos años con un paso provisional.
Desde la calle Nogal de la urbanización Azahar hasta Las Fuentezuelas, Santa Isabel y Millán de Priego, la Hermandad procesionó con un misterio que lució su primera fase de carpintería y que se ha convertido en el proyecto de futuro de la joven Hermandad, fundada en el año 2012. Una vez ultimado, será en caoba, con adornos en plata, e incluirá cuatro ángeles, uno por cada esquina.
Tras la Cruz de Guía, la centuria romana. Los hermanos de luz anunciaban la llegada del misterio, con una cuadrilla de costaleros formada por hombres y mujeres, que caminaron bajo las órdenes de los capataces Jesús Delgado y Bruno Trujillo.
Tres cuadrillas, de 45 personas cada una, de las que una era únicamente de mujeres, una de las novedades de este año.
Desde las tres de la tarde y hasta el último momento, la Cofradía está demostrando que los más de siete kilómetros de recorrido merecen el mismo paso, la misma organización e idéntico sentimiento cofrade.
Ha sido un itinerario con una manifestación pública de fe en la que no faltó corazón, sentimiento, ilusión y mucho esfuerzo durante el itinerario más largo de la Semana de Pasión de la capital.
Los jienenses la han acompañado. El barrio se ha hecho a la Hermandad y ésta a su feligresía, a su gente, que no dejaron sola ni a la junta de Gobierno ni a nazarenos ni costaleros.
La Banda de Cornetas y Tambores Monte Calvario de Martos estrenó la marcha ‘Soberano del azahar’.
El Cristo lució una nueva túnica blanca y cordón dorado y Caifás, su birrete. En un futuro, el paso incluirá dos soldados judíos, un esclavo con el libro de Profecías y dos sanedritas.
Ha sido un Lunes Santo inolvidable por la emoción de haber cumplido en procesión el compromiso cofrade adquirido con la capital, que le devolvió respeto y devoción.